Pues sí, soy vaga. Más bien, perezosa.
Hoy he subido por primer día, después de que Formigal lleva abierto casi dos meses, y vivo a 20 minutos.
Y ha sido horroroso, este año no he echo nada de ejercicio, pero nada nada nada, bueno, un día nos fuimos de excursión, y así me ha ido.
Visibilidad, poca, ganas, pocas, agotamiento... muuucho.
Es que esquío siempre sola, y es tremendamente aburrido, después de 6 años esquiando mucho y sola, ya no tengo ganas, me canso. Me da pereza levantarme y pensar... "si en dos horas habré bajado toda la estación, y estaré ya agotada" lo que cunde esquiar así!!!.
Cuando me decía la gente "el día que vivas aquí, dejarás de esquiar", yo les decía que ni de coña, que esquiaría mucho más, más cerca, sin madrugar... que razón tenían...
Pero bueno, la idea es, si puedo moverme de la cama, subir mañana de nuevo, pero a primera hora, y bajarme a comer a casa. Espero que se vea mejor que hoy.
No hay foto de hoy, pero aquí y aquí tengo fotos de nieve.
martes, 30 de diciembre de 2008
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Japón. 26/Abril/2008
Nos volvemos a Tokyo el día que cumplo 33.
No madrugamos (sólo para variar), preparamos la maleta, conseguimos meter entre la maleta y las mochilas todo lo que llevábamos (con problemas, me compré otra figurita de Yotsuba, Kart, regalos para la familia, campanitas de cristal y de fundición... muchas cosas, ¡cuanto se puede comprar en Japón... si yo no soy así!!!!) y nos fuimos los cuatro, con maletas y todo, a desayunar al sitio de siempre.
Reservamos asientos para el Hikari, y, como se nos haría la hora de comer en el tren, compramos de comer en la estación mismo... yo unos sandwiches, Mary (eligió muy bien) un bento de salmón, y Jesús, para variar, lo más raro que vio en la tienda... jajaja... a ver, eran como oniguiris pero en vez de con alga, con hoja, si si, como si envuelves la bola de arroz en una hoja de higuera (a mi me parecían tan bastas como las de higuera)...
Al final, después de probarlas, se las comió sin hoja, demasiado "verde".
Yo fui durmiendo todo el viaje. Desastre, la cantidad de cosas que me pierdo.
Cuando llegamos a Tokyo, dejamos las maletas en el Edoya, y cada uno por su punta... nosotros nos fuimos a dar una vuelta por el barrio.
Estuvimos en Ameyoko, genial!!! menudo ambiente de rastro!!! me gustó mucho... tenderetes con ropa, bolsos, mochilas, comida, más comida...
De ahí cogimos el metro y fuimos a Yanaka, habíamos leído en Yes Tokyo que es un barrio muy tranquilo que conserva calles del Tokyo de principio de siglo, pero, como no llevábamos la chuleta, no encontramos esas calles... eso si, el paseo fue muy productivo, te das cuenta de primera mano de las grandes diferencias de ambiente que hay en esta ciudad, pasas, en dos calles, de una ciudad de rascacielos a un pueblo.
Paseamos por el cementerio de Yanaka, precioso, vimos un templo, y acabamos en el Parque de Ueno.
Paseo por allí, bajo la lluvia y muuucho frío, se me helaban las orejas.
Había una exposición de la Bauhaus... casi entramos, pero al final me contuve.
Luego fuimos al lago, había patinetes en forma de cisne, curioso, una pagoda... fue una forma tranquila de matar el día.
En el auditorio que hay en el parque, escuchamos un rato un concierto de rock, tenía muy poco público, pensamos que era gratis, y quisimos entrar, pero no, así que... desde fuera.
De ahí, al hotel. Habíamos quedado y nos fuimos los cuatro a cenar para celebrar mi cumple (si, cumplí los 33 en Kyoto-Tokyo). Fuimos a un restaurante de shushi, de estos giratorios. Nos lo pasamos genial!!! Los camareros eran una risa, y nos trataron estupendamente.
A dormir.
Pocas fotos del día 26.
No madrugamos (sólo para variar), preparamos la maleta, conseguimos meter entre la maleta y las mochilas todo lo que llevábamos (con problemas, me compré otra figurita de Yotsuba, Kart, regalos para la familia, campanitas de cristal y de fundición... muchas cosas, ¡cuanto se puede comprar en Japón... si yo no soy así!!!!) y nos fuimos los cuatro, con maletas y todo, a desayunar al sitio de siempre.
Reservamos asientos para el Hikari, y, como se nos haría la hora de comer en el tren, compramos de comer en la estación mismo... yo unos sandwiches, Mary (eligió muy bien) un bento de salmón, y Jesús, para variar, lo más raro que vio en la tienda... jajaja... a ver, eran como oniguiris pero en vez de con alga, con hoja, si si, como si envuelves la bola de arroz en una hoja de higuera (a mi me parecían tan bastas como las de higuera)...
Al final, después de probarlas, se las comió sin hoja, demasiado "verde".
Yo fui durmiendo todo el viaje. Desastre, la cantidad de cosas que me pierdo.
Cuando llegamos a Tokyo, dejamos las maletas en el Edoya, y cada uno por su punta... nosotros nos fuimos a dar una vuelta por el barrio.
Estuvimos en Ameyoko, genial!!! menudo ambiente de rastro!!! me gustó mucho... tenderetes con ropa, bolsos, mochilas, comida, más comida...
De ahí cogimos el metro y fuimos a Yanaka, habíamos leído en Yes Tokyo que es un barrio muy tranquilo que conserva calles del Tokyo de principio de siglo, pero, como no llevábamos la chuleta, no encontramos esas calles... eso si, el paseo fue muy productivo, te das cuenta de primera mano de las grandes diferencias de ambiente que hay en esta ciudad, pasas, en dos calles, de una ciudad de rascacielos a un pueblo.
Paseamos por el cementerio de Yanaka, precioso, vimos un templo, y acabamos en el Parque de Ueno.
Paseo por allí, bajo la lluvia y muuucho frío, se me helaban las orejas.
Había una exposición de la Bauhaus... casi entramos, pero al final me contuve.
Luego fuimos al lago, había patinetes en forma de cisne, curioso, una pagoda... fue una forma tranquila de matar el día.
En el auditorio que hay en el parque, escuchamos un rato un concierto de rock, tenía muy poco público, pensamos que era gratis, y quisimos entrar, pero no, así que... desde fuera.
De ahí, al hotel. Habíamos quedado y nos fuimos los cuatro a cenar para celebrar mi cumple (si, cumplí los 33 en Kyoto-Tokyo). Fuimos a un restaurante de shushi, de estos giratorios. Nos lo pasamos genial!!! Los camareros eran una risa, y nos trataron estupendamente.
A dormir.
Pocas fotos del día 26.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Japón. 25/Abril/2008
Otra entrada más sobre japón.
Día 25, último día completo en Kyoto. Desayuno en cafetería y tomamos el autobús nº 100 hacia el Ginkaku-ji (el Templo Plateado). Como ya he comentado, el transporte en Kyoto no es tán bueno, la circulación es horrible, muchos atascos, bueno. Que lo tengáis en cuenta.
Llegar al templo es facilísimo, al ser sitios tan turísticos, casi puede decirse que no vas, que te llevan los de alrededor ^^.
Entras al templo por un "pasillo" de setos enormes, no ves lo que hay al otro lado, es una forma de acceder a los edificios un tanto "ocultista", para ir descubriéndolos poco a poco. Nada más entrar, ves el jardín zen de grava, precioso... curiosamente, y, gracias a que había estado lloviendo, estaban de mantenimiento. Es muy curioso ver como arreglan estos jardines, un montón de gente con llanas y con rastrillitos dándole forma a la arena.
A ver, os cuento, el templo en si, no lo vimos, está en restauración y completamente tapado por andamios, pero merece la pena la visita... los jardines son preciosos... mucho más bonitos (a mi parecer) que los del Templo Dorado. Son unos jardines que, en vez de césped, están cubiertos de musgo, de una cantidad de variedades, que ni me imaginaba que podían existir... de echo, hay un muestrario con todos los tipos de musgo de los jardines. Muy muy bonitos. Es un paseo precioso.
A mi, como la restauración me interesa, tampoco me importó, pues pude echar vista a como trabajan. Y tenían una maqueta con una sección de la cubierta en la que podías ver como está construida.
De ahí, fuimos al Paseo de los Filósofos, sales del templo dorado, y, un poco mas adelante, a mano izquierda, lo coges... tienes que pasar por encima del canal (un riachuelo, no os penséis).
No era plena época de florecimiento de los cerezos, pero quedaban los suficientes para pensar "esto, en pleno apogeo, tiene que ser impresionante". Otro gran acierto, das un paseo tranquilo, la verdad es que hay poco que ver (si, hay templos alrededor, pero nosotros no los vimos, más que nada porque Jesús, se satura), pero el simple echo de pasear por allí, la tranquilidad que hay, las casas que lo rodean... relaja.
En un momento dado, orientándonos con el plano, decidimos dirigirnos hacia el Castillo de Nijo, así que nos pusimos a buscar una parada de bus. El plano que llevábamos era engañoso, todo parecía cerca, pero no era así ^^. Paseo por las calles de Kyoto, por las de vivir, no de hacer turismo. Tiendas, un colegio (hice foto a las estanterías llenas de zapatos ^^), bloques de viviendas, casas aisladas.... también me gusta ver las zonas "de vivir" cuando voy de viaje.
Tomamos el bus y al castillo. La entrada al castillo no dice mucho, murallas de piedra enormes, un patio también enorme... bueno, las puertas de acceso son muy chulas, pero tampoco nada que te impresione. Eso si, entras dentro y.... buf!!! me quedé impresionada. Para empezar, este castillo tiene un "sistema de alarma" de lo más curioso, los llamados "suelos de ruiseñor", es un sistema de coger las tablas del suelo, que, cuando andas, parece que canten pájaros... cuando lo leí me pareció algo bastante increíble, pero si, es totalmente cierto. Los suelos cantan. (aquí dejo una foto de como es el sistema para que esto funcione, los clavos así colocados, rozan al pisar sobre ellos, y producen ese chirrido)
Los jardines, no puedo decir nada que no haya dicho ya, tan maravillosos como el resto.
Era la hora de comer, nos dirigimos a la zona de Teramachi, teníamos localizada una pizzería self service que nos habían recomendado (necesitábamos salir de los fideos caldosos y el arroz). Muy buena elección, comí una barbaridad, de las mejores pizzas que he probado.
De ahí, nos pasamos al mercado, era hora de comercio, así que lo vimos en pleno apogeo, que cantidad de comida desconocida, y cuantos colores. Es otra de las visitas curiosas. El mercado en sí, es bastante similar a los españoles, con la salvedad de que en algunos puestos, venden y dan de comer también. Lo realmente curioso es ver los distintos tipos de alimentos que aquí nos son totalmente desconocidos.
Bajamos andando hasta el ryokan y echamos la siesta, lo necesitábamos ^^.
Una vez espabilados, fuimos a visitar Gion. Subimos andando, otro palizón tremendo... ains, mis pobres pies.
Gion es impresionante. ¿Donde cenamos? no lo recuerdo. Nos despistamos un poco y pasamos por una plaza bastante moderna, con jardines zen, rodeada de restaurantes, uno de ello gallego. Si si, gallego. Al final, llegamos a Gion, a la calle Shinbashi, concretamente. Es un lugar precioso. Había mucho movimiento, gente muy muy muy arreglada (sobre todo ellas, con kimonos o con trajes de noche) entrando y saliendo de los restaurantes (ochaya pone en la guia) que hay por toda la zona.
Vimos bastantes maikos, una de ellas, muy amablemente (gracias) posó para mi, pero, yo, torpona, no fui capaz de hacerle una foto en condiciones. No me atreví a usar el flash por no molestar y me salían movidas, y, cuando usé el flash, con la cara tan blanca, salió una foto realmente horrorosa.
Acabo de recordar la cena, buf! muy tarde. Después de callejear por Gion, volvimos por la zona comercial de Teramachi (las calles cubiertas a modo de centro comercial) y allí nos compramos unas creppes (pero que buenas están en japón las creppes!!!).
Hice fotos a un grupo de vending machines que había por ahí, y, nos arrastramos hacia el hotel.
Otro día de una paliza tremenda, no se cuantos kilómetros debimos de andar... agotador.
Ya tengo ganas de volver.
Día 25 en Flickr.
Día 25, último día completo en Kyoto. Desayuno en cafetería y tomamos el autobús nº 100 hacia el Ginkaku-ji (el Templo Plateado). Como ya he comentado, el transporte en Kyoto no es tán bueno, la circulación es horrible, muchos atascos, bueno. Que lo tengáis en cuenta.
Llegar al templo es facilísimo, al ser sitios tan turísticos, casi puede decirse que no vas, que te llevan los de alrededor ^^.
Entras al templo por un "pasillo" de setos enormes, no ves lo que hay al otro lado, es una forma de acceder a los edificios un tanto "ocultista", para ir descubriéndolos poco a poco. Nada más entrar, ves el jardín zen de grava, precioso... curiosamente, y, gracias a que había estado lloviendo, estaban de mantenimiento. Es muy curioso ver como arreglan estos jardines, un montón de gente con llanas y con rastrillitos dándole forma a la arena.
A ver, os cuento, el templo en si, no lo vimos, está en restauración y completamente tapado por andamios, pero merece la pena la visita... los jardines son preciosos... mucho más bonitos (a mi parecer) que los del Templo Dorado. Son unos jardines que, en vez de césped, están cubiertos de musgo, de una cantidad de variedades, que ni me imaginaba que podían existir... de echo, hay un muestrario con todos los tipos de musgo de los jardines. Muy muy bonitos. Es un paseo precioso.
A mi, como la restauración me interesa, tampoco me importó, pues pude echar vista a como trabajan. Y tenían una maqueta con una sección de la cubierta en la que podías ver como está construida.
De ahí, fuimos al Paseo de los Filósofos, sales del templo dorado, y, un poco mas adelante, a mano izquierda, lo coges... tienes que pasar por encima del canal (un riachuelo, no os penséis).
No era plena época de florecimiento de los cerezos, pero quedaban los suficientes para pensar "esto, en pleno apogeo, tiene que ser impresionante". Otro gran acierto, das un paseo tranquilo, la verdad es que hay poco que ver (si, hay templos alrededor, pero nosotros no los vimos, más que nada porque Jesús, se satura), pero el simple echo de pasear por allí, la tranquilidad que hay, las casas que lo rodean... relaja.
En un momento dado, orientándonos con el plano, decidimos dirigirnos hacia el Castillo de Nijo, así que nos pusimos a buscar una parada de bus. El plano que llevábamos era engañoso, todo parecía cerca, pero no era así ^^. Paseo por las calles de Kyoto, por las de vivir, no de hacer turismo. Tiendas, un colegio (hice foto a las estanterías llenas de zapatos ^^), bloques de viviendas, casas aisladas.... también me gusta ver las zonas "de vivir" cuando voy de viaje.
Tomamos el bus y al castillo. La entrada al castillo no dice mucho, murallas de piedra enormes, un patio también enorme... bueno, las puertas de acceso son muy chulas, pero tampoco nada que te impresione. Eso si, entras dentro y.... buf!!! me quedé impresionada. Para empezar, este castillo tiene un "sistema de alarma" de lo más curioso, los llamados "suelos de ruiseñor", es un sistema de coger las tablas del suelo, que, cuando andas, parece que canten pájaros... cuando lo leí me pareció algo bastante increíble, pero si, es totalmente cierto. Los suelos cantan. (aquí dejo una foto de como es el sistema para que esto funcione, los clavos así colocados, rozan al pisar sobre ellos, y producen ese chirrido)
Otra cosa que hace esta visita imprescindible es las pinturas, es un castillo - palacio, tiene una decoración exquisita, unas acuarelas, unos paisajes, es realmente impresionante. No se puede hacer fotos, pero.... no pude evitarlo.
Los jardines, no puedo decir nada que no haya dicho ya, tan maravillosos como el resto.
Era la hora de comer, nos dirigimos a la zona de Teramachi, teníamos localizada una pizzería self service que nos habían recomendado (necesitábamos salir de los fideos caldosos y el arroz). Muy buena elección, comí una barbaridad, de las mejores pizzas que he probado.
De ahí, nos pasamos al mercado, era hora de comercio, así que lo vimos en pleno apogeo, que cantidad de comida desconocida, y cuantos colores. Es otra de las visitas curiosas. El mercado en sí, es bastante similar a los españoles, con la salvedad de que en algunos puestos, venden y dan de comer también. Lo realmente curioso es ver los distintos tipos de alimentos que aquí nos son totalmente desconocidos.
Bajamos andando hasta el ryokan y echamos la siesta, lo necesitábamos ^^.
Una vez espabilados, fuimos a visitar Gion. Subimos andando, otro palizón tremendo... ains, mis pobres pies.
Gion es impresionante. ¿Donde cenamos? no lo recuerdo. Nos despistamos un poco y pasamos por una plaza bastante moderna, con jardines zen, rodeada de restaurantes, uno de ello gallego. Si si, gallego. Al final, llegamos a Gion, a la calle Shinbashi, concretamente. Es un lugar precioso. Había mucho movimiento, gente muy muy muy arreglada (sobre todo ellas, con kimonos o con trajes de noche) entrando y saliendo de los restaurantes (ochaya pone en la guia) que hay por toda la zona.
Vimos bastantes maikos, una de ellas, muy amablemente (gracias) posó para mi, pero, yo, torpona, no fui capaz de hacerle una foto en condiciones. No me atreví a usar el flash por no molestar y me salían movidas, y, cuando usé el flash, con la cara tan blanca, salió una foto realmente horrorosa.
Acabo de recordar la cena, buf! muy tarde. Después de callejear por Gion, volvimos por la zona comercial de Teramachi (las calles cubiertas a modo de centro comercial) y allí nos compramos unas creppes (pero que buenas están en japón las creppes!!!).
Hice fotos a un grupo de vending machines que había por ahí, y, nos arrastramos hacia el hotel.
Otro día de una paliza tremenda, no se cuantos kilómetros debimos de andar... agotador.
Ya tengo ganas de volver.
Día 25 en Flickr.
jueves, 30 de octubre de 2008
30 Octubre... Primera nevada.
Bueeeeno, ya está aquí la primera nevada del año.
Es bastante temprana, la verdad, normalmente aquí, en Biescas, no suele nevar hasta enero o febrero, pero bienvenida sea.
Me gustan los días de nieve, es alucinante la ausencia de ruidos cuando hay nieve (absorbe el sonido), todo en silencio, en donde yo vivo, que de normal solo se oyen los pájaros y el pitido de una grúa en el pueblo, imaginad. Parece que esté sola en el mundo.
Ahora cae copo pequeño, pero hace un rato, eran tremendos.
Es muy húmeda, así que, en cuanto pare y suba un poco la temperatura, desaparecerá por completo, pero bueno, es bonito ver nevar.
Me gusta que haya caído esta nevada hoy, me voy a trabajar a Zaragoza (si, he encontrado trabajo, yujuu!!!), no se cuanto tiempo, y ya no disfrutaré de estos días como hasta ahora, días de nieve en el pirineo. Los días de nieve siempre son especiales. Todo es más lento, más relajado, te contagias de ese silencio, podría estar horas viendo nevar.
Bueno, eso es todo, jeje, un post absurdo, lo sé. Y no es un viaje... ¿tendré que cambiar el nombre del blog? jajaja!
Es bastante temprana, la verdad, normalmente aquí, en Biescas, no suele nevar hasta enero o febrero, pero bienvenida sea.
Me gustan los días de nieve, es alucinante la ausencia de ruidos cuando hay nieve (absorbe el sonido), todo en silencio, en donde yo vivo, que de normal solo se oyen los pájaros y el pitido de una grúa en el pueblo, imaginad. Parece que esté sola en el mundo.
Ahora cae copo pequeño, pero hace un rato, eran tremendos.
Es muy húmeda, así que, en cuanto pare y suba un poco la temperatura, desaparecerá por completo, pero bueno, es bonito ver nevar.
Me gusta que haya caído esta nevada hoy, me voy a trabajar a Zaragoza (si, he encontrado trabajo, yujuu!!!), no se cuanto tiempo, y ya no disfrutaré de estos días como hasta ahora, días de nieve en el pirineo. Los días de nieve siempre son especiales. Todo es más lento, más relajado, te contagias de ese silencio, podría estar horas viendo nevar.
Bueno, eso es todo, jeje, un post absurdo, lo sé. Y no es un viaje... ¿tendré que cambiar el nombre del blog? jajaja!
miércoles, 22 de octubre de 2008
Japón. 24/Abril/2008
9º día, si no llevo mal la cuenta. Fushimi Inari - Nara.
La idea era ir a Fushimi Inari y luego, a Nara.
Mary y Jose ya habían estado y nos avisaron (ellos metieron la pata, y hicieron Nara - Fushimi Inari, que da lo mismo pero bueno, mejor ir de día a Inari), "mirad de coger el tren local, que solo ese para en Inari"... montamos en el tren y zas!!! pasa de largo Inari, pues no, no era el local - local (que para en todas), solo era local, que para cada 3. N fin, como nos apetecía más Inari por la mañana (Fushimi Inari está en un monte, anochece pronto y llovía), esperamos el tren de vuelta hacia allí, y esta vez, si, acertamos (a la segunda, mira que nos lo habían dicho, jijiji).
Fácil fácil, bajas del tren y de morros te das con un pedazo de Torii tremendo, que marca la entrada al templo. Bendito templo, solucionó mis problemas estomacales (y las pastis que tomé el día anterior, claro). El acceso es muy amplio, da la sensación de ¿donde están las torís?, cogimos unos planos (que no sirven de mucho, la verdad, de casi nada) y nos pusimos a patear monte bajo la lluvia, intensa lluvia. Otro templo en el bosque pasado por agua, como Nikko ^^.
Empezamos a subir y llegamos a una zona donde había unas tablillas para peticiones con forma de cabeza de zorro, pero sin rostro, la gente les ponía cara y escribía al reverso. Había muy chulos. De ahí salen dos caminos de "mini - toris", primera duda ¿cual coger?, realmente da lo mismo, van a parar al mismo lugar. A partir de ahi, salvese quien pueda, es cuestión de pasear por el bosque, cuando hay bifurcaciones, pues bueno, elegir, nosotros siempre (casi siempre) cuesta arriba. Es un lugar impresionante, me impresionó tanto como la mezquita de córdoba, es uno de esos lugares un poco fantasmagóricos. Llovía, había niebla, la humedad, prácticamente solos (claro, con ese día, pocos locos se atrevían a pasear, "semos asín"), eso si, no me arrepiento para nada de haberme calado, a pesar del paraguas. Creo que es una magnífica forma de ver un lugar como ese.
Llegamos a la parte de arriba, se distingue porque tiene aspecto como más de santuario, una zona con unas rocas tremendas, y miles de toris de distintos tamaños, a su alrededor. Las piedras tenían la típica soga con las tiras de papel. Había gente rezando, compraban un cesto con frutas como ofrenda (unas naranjas y otras cosillas) y subían a rezar, vimos a dos. Fué algo bastante impresionante.
Durante todo el recorrido vas cruzando las toris pegaditas unas a otras, hay zonas que no tienen, entre estas, de repente, aparece un camino, te sales del principal y llegas a un altar en medio del bosque, atrapado por la maleza, pero con un incienso encendido, alguien lo recuerda, vuelves al camino principal y, unos metros más adelante, un cementerio, linternas de piedra, ofrendas de toris pequeñitas. Al llegar al lago (habreis visto fotos), yo me alejé por la zona de la orilla, entre los altares y las tumbas, había velas encendidas, incienso, ofrendas de guirnaldas de grullas de colores... me impresionó mucho, soy muy impresionable con estas cosas, (las iglesias del románico me producen una sensación parecida, pero más conocida, por habitual ^^). No se explicarlo, pero me pareció una excursión perfecta, el sitio al que ir cuando se te come el mundo (yo, aquí donde vivo, tengo una ermita para esos casos, una vez, de vuelta del curro, paré para relajarme ^^).
Estubimos unas 4 horas y media por ahi, bajamos por una zona de viviendas entre templos o templos entre viviendas, o viviendas con templo incluido, no me queda muy claro, a ver, como si en el jardín de tu casa te pones una estatua de 3m del Nazareno, o de la Piedad, muy curioso. Me hinché de hacer fotos.
Volvimos a la estación y cogimos el tren a Kyoto, y empalmamos con el Kyoto-Nara (desde Inari a Nara solo van locales-locales, de los de parar en todas las estaciones, vamos, como un metro). En Nara, cogimos un plano, y nos dirigimos hacía el parque de Nara, donde están todos los templos (o los principales) buscando un lugar donde comer.
Entramos en una calle cubierta de las habituales, y entramos a un lugar pequeñito, donde me zampé un platazo de esos de tortilla encima de arroz, con tomate y tal que para que, fué el primer día desde la cena de llegar, que comí con ganas y disfruté de la comida. (a parte del okonomiyaki de la noche anterior, que fué algo espectacular y que aún recuerdo con la baba colgando ^^).
Llegamos al parque, entramos rodeando una torí de madera que estaba con andamios (foto obligada, los andamios eran de bambú atados con cuerdas... impensable en España).
No había ciervos ¿?¿? donde están los famosos ciervos ¿?¿? seguimos andando, el plano engaña mucho, el lugar es muchísimo más grande de lo que parece!!!! un cuarto de hora de paseo más adelante, comenzaron a aparecer ciervos, pero no demasiados... ¿estarán en otra zona?. Bueno, viendo horarios (era tarde para Japón), decidimos ir primero a Kasuga-Shrine, que era el primero en cerrar, se llega a él por un amplio paseo rodeado de linternas de piedra, estas (casi todas) aún conservan los "cristales" de papel que las cierran. Me impresionó mucho (todo el viaje me impresionó mucho), llegamos al templo, pagamos, y dentro vimos algo bastante impresionante, cientos de farolitos de bronce y dorados, cuelgan en sus pasillos. Puedes pasear entre ellos, pensé "esto, de noche, iluminado por los farolillos, tiene que ser algo digno de ver", todos los faroles son disitintos, los hay con dibujos geométricos, con temas vegetales, con ciervos, con letras.... Continuamos la visita, y entré a una sala... oh!!! la sala a oscuras con farolillos encendidos, la primera impresión es alucinante, solo ves los dibujos de los faroles, precioso. Esta visión desaparece cuando te acostumbras a la oscuridad, que no es tanta, gracias a las linternas. Todo el templo así... buf!!!
Continuamos, cogemos el mapa, y vamos al Todai-ji, si vamos por aqui, llegaremos antes... así que andando (no llueve casi, de vez en cuando cuatro gotas, parece que la lluvia nos abandonó al salir de Inari, menos mal, aunque el día es muy oscuro), bosques, grupos de estudiantes en uniforme (había muchos estudiantes tomando notas en los templos). Llegamos a un templo que, a mí, me pareció enorme y precioso, como colgado de una estructura de madera, había mucha gente haciendo cola a la entrada y pensé "hemos llegado", así que me acerco a la entrada, veo el precio y algo que no me casa, no pone nada de buda, ni daibutsu ni nada... pregunto, y no era el templo adecuado, este era Nigatsu-do, que tiene un festival del fuego bastante famoso, (he visto fotos en internet). Vaya. Pero hemos visto una zona muy bonita, por cierto, atravesamos por un templo con cementerio (o dependencias anexsas al templo, todo estaba junto) en unas condiciones desastrosas, totalmente abandonado. Fué algo raro, viendo como tenían todo lo demás.
Retomamos el buen camino hacía Todai-ji, pasamos por unas calles de esas que te transportan a otro mundo, a otra época (podeis ver las fotos, pero jamás explicarán el ambiente que allí había). Menudas mansiones, por cierto, todas de estilo antiguo. Se me ocurrió asomar la cabeza por una puerta de esas que son como un enrejado de madera, y miré hacía el interior.... una entrada toda en madera con suelo de piedra, un pasillo, un patio-jardín al fonodo... un perro ladrando... coño!! una señora me mira desde el patio!!! aparté la cabeza rápidamente y seguimos nuestro camino. Si hubiese sabido, le hubiese pedido, por favor por favor de rodillas que me dejase entrar a ver su casa. Tengo verdadera pasión por las casas. N fin. Continuamos.
Vamos acercándonos hacia Todai-ji, y aparece entre las copas de unos árboles gigantes una cubierta de un edificio, tenía que ser algo impresionante, para sobresalir por encima de esos árboles. Y si, llegamos a Todai-ji por la parte de detrás. Yo estaba alucinada de la magnitud de ese edificio. Una iglesía europea, puede ser enorme, pero, como habitualmente está en un entorno urbano, no se aprecia de esta forma, la sensación es totalmente diferente cuando la aislas (lo que pasa en Pisa, p.ej.), la sensación es distinta, era más grande que nada que hubiese visto. Seguro. Por muchas fotos que veas, no te haces a la idea de lo que vas a ver cuando llegues. La gente es en miniatura a la entrada del templo. Como ante sala tiene una pradera verde impecable, y ahi, al fondo, el gigante de madera, es algo descomunal. Es alucinante pensar que todo está echo de madera, de ese tamaño. En el interior, el buda está encajado, es todo lo grande que el edificio permite (o al revés, el edificio es para el buda). Los pilares son algo... todos de una pieza ¿existen árboles así? No se, siempre me han parecido increíbles las edificaciones de hace años, ¿como conseguían construir eso? si ahora no somos capaces de hacer bien ni un puñetero tabique!!!.
En el interior del templo, uno de esos super pilares (según entras por la puerta, en la esquina derecha, al fondo), está perforado en su base. Hay una creencia popular que dice, que si pasas por ese agujero, del mismo tamaño que un orificio nasal del Gran Buda, alcanzas la iluminación, el nirvana. Yo lo alcanzaré algún día. Sí!! pasé por el agujero. Había un grupo de escolares (11 o 12 años) jugando a pasar por el agujero. Los niños japoneses son muy pequeñitos, pasaban todos. En esto que se acerca uno que rompía la media, ese niño tenía obesidad seguro, y pensé, "si él pasa, yo no tengo ningún problema", el niño pasó. Y detrás fuí yo. Lo más chungo no es entrar por el agujero, es que, por la longitud, si pasas un poco justo (es rectangular, y no puedes girar, yo no podía) piensas, como no tiren de mi, aquí me quedo, pero no, es cuestíon de empujarse con los pies. Fácil. Jajaja!!!! detrás de mi, dos chicos japoneses, unos 20 años o así, intentando pasar. Eran muy muy delgados, entraban sobrados, pero !no sabían salir!!! tenían que tirar uno del otro. Les gané en su propio templo! jajajaj!!! Pasé dos veces, porque la primera no salió bien la foto, a ver, tampoco la segunda, pero no era plan de estar dos horas pasando por el agujero. Nos encontramos con un español que también alcanzó la iluminación.
Salimos de allí cuando nos echaron, ya cerraban.
Bajamos paseando, esta vez si, rodeados de ciervos (que casi se me comen, no contaré más, es vergonzoso, jiji), cruzamos la puerta Todaiji nandai - mon (enorme, igual que el templo al que da acceso) y llegamos a Kofuku - ji, la pagoda de 5 pisos, la más alta de japón (hay muchas pagodas "las mas altas" en japón, es curioso). Ya era casi de noche, no nos entretuvimos mucho.
Era pronto, así que nos metimos en el centro comercial en el que habíamos comido, y nos metimos a un bar con una carta de helados tremenda. Jesús quería un helado de esos de impresión, solo le faltaron bengalas, yo me tomé una tarta que no había visto nunca, era un mil-hojas de bizcocho y nata. Impresionante. Láminas de bizcocho muy muy finitas, con una capa de nata muy finita también. MMmmmm. Un buen final para un gran día. (mientras nosotros merendabamos, la gente al rededor, se zampaba una pizza, o un plato de pasta Oo)
Volvimos a la estación. Perdimos el tren directo a Kyoto, vaya, así que pensamos en coger uno de los más lentos, nos dieron unos horarios en la estación, y tomamos uno de los que paran mucho al principio del recorrido, y poco después, pero, una vez en marcha, vimos que había otro que, aunque salía más tarde de Nara, llegaba antes a Kyoto. Decidimos bajar en una parada que tenía coincidencia y tomar el otro... 17 minutos en una estación de tren en un pueblo de los alrededores de Nara, de noche (muy tarde para ellos, ya no pasaban mas qeu dos trenes a la hora), lloviendo. Al rato vino un señor y se nos quedó mirando como "estos se han perdido, fijo". Bueno, llegó nuestro tren y a Kyoto.
Para cenar bajamos al centro comercial que hay debajo de las paradas de autobús y compramos unos sandwiches, hice fotos a un montón de escaparates con maquetas de comida.
Un gran día. Lluvioso, pero estupendo.
Fotos del día 24.
P.D. un post enorme!! espero que no se haya echo pesado, lo siento!!
Bueno, nos levantamos por la mañanita, y, como todas, al lado de la estación, desayunamos café con leche y bollos, lo mejor para empezar un buen día.
La idea era ir a Fushimi Inari y luego, a Nara.
Mary y Jose ya habían estado y nos avisaron (ellos metieron la pata, y hicieron Nara - Fushimi Inari, que da lo mismo pero bueno, mejor ir de día a Inari), "mirad de coger el tren local, que solo ese para en Inari"... montamos en el tren y zas!!! pasa de largo Inari, pues no, no era el local - local (que para en todas), solo era local, que para cada 3. N fin, como nos apetecía más Inari por la mañana (Fushimi Inari está en un monte, anochece pronto y llovía), esperamos el tren de vuelta hacia allí, y esta vez, si, acertamos (a la segunda, mira que nos lo habían dicho, jijiji).
Fácil fácil, bajas del tren y de morros te das con un pedazo de Torii tremendo, que marca la entrada al templo. Bendito templo, solucionó mis problemas estomacales (y las pastis que tomé el día anterior, claro). El acceso es muy amplio, da la sensación de ¿donde están las torís?, cogimos unos planos (que no sirven de mucho, la verdad, de casi nada) y nos pusimos a patear monte bajo la lluvia, intensa lluvia. Otro templo en el bosque pasado por agua, como Nikko ^^.
Empezamos a subir y llegamos a una zona donde había unas tablillas para peticiones con forma de cabeza de zorro, pero sin rostro, la gente les ponía cara y escribía al reverso. Había muy chulos. De ahí salen dos caminos de "mini - toris", primera duda ¿cual coger?, realmente da lo mismo, van a parar al mismo lugar. A partir de ahi, salvese quien pueda, es cuestión de pasear por el bosque, cuando hay bifurcaciones, pues bueno, elegir, nosotros siempre (casi siempre) cuesta arriba. Es un lugar impresionante, me impresionó tanto como la mezquita de córdoba, es uno de esos lugares un poco fantasmagóricos. Llovía, había niebla, la humedad, prácticamente solos (claro, con ese día, pocos locos se atrevían a pasear, "semos asín"), eso si, no me arrepiento para nada de haberme calado, a pesar del paraguas. Creo que es una magnífica forma de ver un lugar como ese.
Llegamos a la parte de arriba, se distingue porque tiene aspecto como más de santuario, una zona con unas rocas tremendas, y miles de toris de distintos tamaños, a su alrededor. Las piedras tenían la típica soga con las tiras de papel. Había gente rezando, compraban un cesto con frutas como ofrenda (unas naranjas y otras cosillas) y subían a rezar, vimos a dos. Fué algo bastante impresionante.
Durante todo el recorrido vas cruzando las toris pegaditas unas a otras, hay zonas que no tienen, entre estas, de repente, aparece un camino, te sales del principal y llegas a un altar en medio del bosque, atrapado por la maleza, pero con un incienso encendido, alguien lo recuerda, vuelves al camino principal y, unos metros más adelante, un cementerio, linternas de piedra, ofrendas de toris pequeñitas. Al llegar al lago (habreis visto fotos), yo me alejé por la zona de la orilla, entre los altares y las tumbas, había velas encendidas, incienso, ofrendas de guirnaldas de grullas de colores... me impresionó mucho, soy muy impresionable con estas cosas, (las iglesias del románico me producen una sensación parecida, pero más conocida, por habitual ^^). No se explicarlo, pero me pareció una excursión perfecta, el sitio al que ir cuando se te come el mundo (yo, aquí donde vivo, tengo una ermita para esos casos, una vez, de vuelta del curro, paré para relajarme ^^).
Estubimos unas 4 horas y media por ahi, bajamos por una zona de viviendas entre templos o templos entre viviendas, o viviendas con templo incluido, no me queda muy claro, a ver, como si en el jardín de tu casa te pones una estatua de 3m del Nazareno, o de la Piedad, muy curioso. Me hinché de hacer fotos.
Volvimos a la estación y cogimos el tren a Kyoto, y empalmamos con el Kyoto-Nara (desde Inari a Nara solo van locales-locales, de los de parar en todas las estaciones, vamos, como un metro). En Nara, cogimos un plano, y nos dirigimos hacía el parque de Nara, donde están todos los templos (o los principales) buscando un lugar donde comer.
Entramos en una calle cubierta de las habituales, y entramos a un lugar pequeñito, donde me zampé un platazo de esos de tortilla encima de arroz, con tomate y tal que para que, fué el primer día desde la cena de llegar, que comí con ganas y disfruté de la comida. (a parte del okonomiyaki de la noche anterior, que fué algo espectacular y que aún recuerdo con la baba colgando ^^).
Llegamos al parque, entramos rodeando una torí de madera que estaba con andamios (foto obligada, los andamios eran de bambú atados con cuerdas... impensable en España).
No había ciervos ¿?¿? donde están los famosos ciervos ¿?¿? seguimos andando, el plano engaña mucho, el lugar es muchísimo más grande de lo que parece!!!! un cuarto de hora de paseo más adelante, comenzaron a aparecer ciervos, pero no demasiados... ¿estarán en otra zona?. Bueno, viendo horarios (era tarde para Japón), decidimos ir primero a Kasuga-Shrine, que era el primero en cerrar, se llega a él por un amplio paseo rodeado de linternas de piedra, estas (casi todas) aún conservan los "cristales" de papel que las cierran. Me impresionó mucho (todo el viaje me impresionó mucho), llegamos al templo, pagamos, y dentro vimos algo bastante impresionante, cientos de farolitos de bronce y dorados, cuelgan en sus pasillos. Puedes pasear entre ellos, pensé "esto, de noche, iluminado por los farolillos, tiene que ser algo digno de ver", todos los faroles son disitintos, los hay con dibujos geométricos, con temas vegetales, con ciervos, con letras.... Continuamos la visita, y entré a una sala... oh!!! la sala a oscuras con farolillos encendidos, la primera impresión es alucinante, solo ves los dibujos de los faroles, precioso. Esta visión desaparece cuando te acostumbras a la oscuridad, que no es tanta, gracias a las linternas. Todo el templo así... buf!!!
Continuamos, cogemos el mapa, y vamos al Todai-ji, si vamos por aqui, llegaremos antes... así que andando (no llueve casi, de vez en cuando cuatro gotas, parece que la lluvia nos abandonó al salir de Inari, menos mal, aunque el día es muy oscuro), bosques, grupos de estudiantes en uniforme (había muchos estudiantes tomando notas en los templos). Llegamos a un templo que, a mí, me pareció enorme y precioso, como colgado de una estructura de madera, había mucha gente haciendo cola a la entrada y pensé "hemos llegado", así que me acerco a la entrada, veo el precio y algo que no me casa, no pone nada de buda, ni daibutsu ni nada... pregunto, y no era el templo adecuado, este era Nigatsu-do, que tiene un festival del fuego bastante famoso, (he visto fotos en internet). Vaya. Pero hemos visto una zona muy bonita, por cierto, atravesamos por un templo con cementerio (o dependencias anexsas al templo, todo estaba junto) en unas condiciones desastrosas, totalmente abandonado. Fué algo raro, viendo como tenían todo lo demás.
Retomamos el buen camino hacía Todai-ji, pasamos por unas calles de esas que te transportan a otro mundo, a otra época (podeis ver las fotos, pero jamás explicarán el ambiente que allí había). Menudas mansiones, por cierto, todas de estilo antiguo. Se me ocurrió asomar la cabeza por una puerta de esas que son como un enrejado de madera, y miré hacía el interior.... una entrada toda en madera con suelo de piedra, un pasillo, un patio-jardín al fonodo... un perro ladrando... coño!! una señora me mira desde el patio!!! aparté la cabeza rápidamente y seguimos nuestro camino. Si hubiese sabido, le hubiese pedido, por favor por favor de rodillas que me dejase entrar a ver su casa. Tengo verdadera pasión por las casas. N fin. Continuamos.
Vamos acercándonos hacia Todai-ji, y aparece entre las copas de unos árboles gigantes una cubierta de un edificio, tenía que ser algo impresionante, para sobresalir por encima de esos árboles. Y si, llegamos a Todai-ji por la parte de detrás. Yo estaba alucinada de la magnitud de ese edificio. Una iglesía europea, puede ser enorme, pero, como habitualmente está en un entorno urbano, no se aprecia de esta forma, la sensación es totalmente diferente cuando la aislas (lo que pasa en Pisa, p.ej.), la sensación es distinta, era más grande que nada que hubiese visto. Seguro. Por muchas fotos que veas, no te haces a la idea de lo que vas a ver cuando llegues. La gente es en miniatura a la entrada del templo. Como ante sala tiene una pradera verde impecable, y ahi, al fondo, el gigante de madera, es algo descomunal. Es alucinante pensar que todo está echo de madera, de ese tamaño. En el interior, el buda está encajado, es todo lo grande que el edificio permite (o al revés, el edificio es para el buda). Los pilares son algo... todos de una pieza ¿existen árboles así? No se, siempre me han parecido increíbles las edificaciones de hace años, ¿como conseguían construir eso? si ahora no somos capaces de hacer bien ni un puñetero tabique!!!.
En el interior del templo, uno de esos super pilares (según entras por la puerta, en la esquina derecha, al fondo), está perforado en su base. Hay una creencia popular que dice, que si pasas por ese agujero, del mismo tamaño que un orificio nasal del Gran Buda, alcanzas la iluminación, el nirvana. Yo lo alcanzaré algún día. Sí!! pasé por el agujero. Había un grupo de escolares (11 o 12 años) jugando a pasar por el agujero. Los niños japoneses son muy pequeñitos, pasaban todos. En esto que se acerca uno que rompía la media, ese niño tenía obesidad seguro, y pensé, "si él pasa, yo no tengo ningún problema", el niño pasó. Y detrás fuí yo. Lo más chungo no es entrar por el agujero, es que, por la longitud, si pasas un poco justo (es rectangular, y no puedes girar, yo no podía) piensas, como no tiren de mi, aquí me quedo, pero no, es cuestíon de empujarse con los pies. Fácil. Jajaja!!!! detrás de mi, dos chicos japoneses, unos 20 años o así, intentando pasar. Eran muy muy delgados, entraban sobrados, pero !no sabían salir!!! tenían que tirar uno del otro. Les gané en su propio templo! jajajaj!!! Pasé dos veces, porque la primera no salió bien la foto, a ver, tampoco la segunda, pero no era plan de estar dos horas pasando por el agujero. Nos encontramos con un español que también alcanzó la iluminación.
Salimos de allí cuando nos echaron, ya cerraban.
Bajamos paseando, esta vez si, rodeados de ciervos (que casi se me comen, no contaré más, es vergonzoso, jiji), cruzamos la puerta Todaiji nandai - mon (enorme, igual que el templo al que da acceso) y llegamos a Kofuku - ji, la pagoda de 5 pisos, la más alta de japón (hay muchas pagodas "las mas altas" en japón, es curioso). Ya era casi de noche, no nos entretuvimos mucho.
Era pronto, así que nos metimos en el centro comercial en el que habíamos comido, y nos metimos a un bar con una carta de helados tremenda. Jesús quería un helado de esos de impresión, solo le faltaron bengalas, yo me tomé una tarta que no había visto nunca, era un mil-hojas de bizcocho y nata. Impresionante. Láminas de bizcocho muy muy finitas, con una capa de nata muy finita también. MMmmmm. Un buen final para un gran día. (mientras nosotros merendabamos, la gente al rededor, se zampaba una pizza, o un plato de pasta Oo)
Volvimos a la estación. Perdimos el tren directo a Kyoto, vaya, así que pensamos en coger uno de los más lentos, nos dieron unos horarios en la estación, y tomamos uno de los que paran mucho al principio del recorrido, y poco después, pero, una vez en marcha, vimos que había otro que, aunque salía más tarde de Nara, llegaba antes a Kyoto. Decidimos bajar en una parada que tenía coincidencia y tomar el otro... 17 minutos en una estación de tren en un pueblo de los alrededores de Nara, de noche (muy tarde para ellos, ya no pasaban mas qeu dos trenes a la hora), lloviendo. Al rato vino un señor y se nos quedó mirando como "estos se han perdido, fijo". Bueno, llegó nuestro tren y a Kyoto.
Para cenar bajamos al centro comercial que hay debajo de las paradas de autobús y compramos unos sandwiches, hice fotos a un montón de escaparates con maquetas de comida.
Un gran día. Lluvioso, pero estupendo.
Fotos del día 24.
P.D. un post enorme!! espero que no se haya echo pesado, lo siento!!
Japón. 23/Abril/2008
Otro día mas. 1ª excursión desde Kyoto. Okayama - Himeji - Osaka
Cogimos el tren a las 7:49 am. por fin un día "madrugamos" jeje. Una hora y 9 minutos más tarde llegamos a Okayama.
En Okayama hay un castillo similar al de Himeji, pero con los muros negros, lo llaman el castillo del cuervo negro (el de Himeji es el de la Garza blanca, creo) y unos jardines, según todas las guias, impresionantes.
Llegamos a Okayama sobre las 9 de la mañana, llegar hasta el castillo es muy fácil, sales de al estación, y por la avenida principal, todo recto hasta el castillo, como 15 minutos andando. Típica avenida grande, con tranvía, tiendas de todo tipo, fuimos haciendo fotos.
El castillo es muy chulo, exteriormente creo que me gustó más que Himeji, a pesar de ser mucho, pero mucho más pequeño, supongo que será por el color de sus paredes, es diferente. Dimos una vuelta por sus muros, y por la entrada, en la que hay catas arqueológicas que indican las dependencias de alrededor, que han desaparecido (por eso es más pequeño también, no se han conservado las dependencias anexas, solo el castillo). No entramos, ya que había leído que está totalmente reconstruido (si, en efecto, un incendio lo arrasó) y que por dentro no merece la pena, así que tras unas fotos, pasamos a lo más interesante de esta ciudad, los jardines Koraku-en, justo enfrente, en una isla del río Asahi.
Este jardín, según todas las guías, es uno de los 3 más importantes de Japón, y está prácticamente igual que cuando lo construyeron, en el año 1700.
La primera impresión es "vaya, una pradera", pero cuando comienzas a andar, vas descubriendo lo que más me ha impresionado de Japón, como cuidan la escenografía tanto en edificios como en jardines, la relación interior - exterior. Como, a cada paso que das, cada montículo que subes o cada giro del camino, te muestra un jardín distinto.
Me quedé con las ganas de tomar un té verde de la plantación que hay en el mismo jardín.
La nota curiosa fue que había excursión de niños de guardería... geniales, por cierto, todos con bata y con gorrito de colores, para distinguir los grupos. Todos con sus madres haciendo juegos, cantando... muy divertido. Lo mejor de todo, como nos miraban, sin ningún tipo de complejos (claro, son niños) y nos señalaban y decían algo a sus madres que se reían y nos miraban como diciendo "perdón, lo siento, jiji, son niños". Podéis imaginar que a nosotros, nada mas lejos de molestarnos, estábamos encantados. Tan monos!!!!
A las 12:30 cogíamos el tren de nuevo hacia Himeji, 20 minutos de Hikari en asiento reservado.
Como en Okayama, es salir de la estación (en obras y con carriles para peatones, si, como en la carretera los coches, los que salen por un carril, los que entran por otro, separados por columnas y maceteros, jajaja) y coger la avenida principal hasta el castillo.
A la derecha de la avenida principal hay una calle de esas cubiertas a modo de centro comercial, dimos un paseo buscando donde comer (encontramos una farmacia, gracias Mary, por tu gran ayuda para comprar las pastillitas mágicas, si, aún sin ir Oo). Un buen sitio, pro cierto, esperamos un poco, pero comimos muy bien. Después de comer, camino del castillo. Salimos a la avenida principal, para ir viéndolo conforme te acercas, ya llegando, había una escultura con uno de los peces que coronan los tejados de los castillos (una carpa, creo) y explicaba que se colocaban en los extremos de las cubiertas para proteger los edificios del fuego (mal, creo que las carpas no tenían muy claro cual era su misión, visto lo visto).
En Himeji había muchísima gente de visita, nos pusimos a seguir a la gente, y error!!, iban en dirección contraria, de poco rodeamos el castillo. Menos mal que nos dimos cuenta a tiempo, además, faltaba poco para el cierre, así que corrimos un poco. Entramos.
Pedazo de castillo!!! Este también ardió (de ahí lo de las carpas) y está reconstruido, pero tal y como era el original, con la estructura de madera. Es impresionante, y si, como a mi, te interesa la arquitectura, es una visita que no puedes perder. Las últimas escaleras, las que suben a la estancia más alta del castillo, son casi pates, prácticamente subes vertical, y había gente que tenía problemas de vértigo para bajar. Cuando sales de la torre principal, puedes visitar otra zona, la Torre de la Vanidad, donde la princesa Sen y sus acompañantes pasaban las noches. Es un edificio muy bonito, con unas vistas curiosas hacia el jardín. Los suelos de madera impresionantes, las habitaciones, parecía un poco las celdas de un convento. Es como un largo pasillo quebrado, por lo que por cada ventana, el jardín se ve distinto. Muy bonito.
También hicimos muchas fotos ^^.
Vuelta al tren, camino de Osaka. Aquí vino lo bueno, llegamos a la estación, y dijimos, bueno, pasamos de reservar, vamos a los vagones libres. Llegamos al andén, para un Nozomi dirección Osaka y decidimos que, la diferencia Nozomi - Hikari en el JRpass era que en los Nozomis, no se podía reservar, pues bueno, si hay sitio, nos sentamos. Entramos, hay sitio y allí que nos ponemos. Comienza Jesús a leer las instrucciones en el JRPass y OH!!! vaya, no se pueden coger los Nozomis. Bueno, ya veremos, en marcha no podemos bajar ^^, yo me dormí. Luego me dijeron que sí había pasado el revisor, pero no nos pidió nada (menuda suerte, nos hubiese salido muy caro el viajecito ^^)
En Osaka pedimos un plano, queríamos ir a Dotonbori. Estaba bastante lejos, así que pillamos el metro (bastante más caro que Tokyo, por cierto). Era ya de noche, y la zona estaba impresionante. Me quedé alucinada... para siempre pillada por todas esas luces, por la animación de la calle. Jamás había visto una calle así. Luces, miles de luces, carteles con luces cambiantes, carteles que se mueven, cangrejos gigantes, dragones atravesando fachadas, y más luces. Y gente, mucha gente, pero no como en Tokyo, que parece que saben a donde van, no, gente paseando, gente dando una vuelta, como en España, sin rumbo fijo, se paraban, charraban, me encantó el ambiente de esa calle.
Allí, en Dotombori, descubrí la comida japones que más me ha gustado, el okonomiyaki. Simplemente genial. Y las risas que nos echamos, además.
De vuelta al tren, bajamos por otra calle-centro comercial. Igual, tiendas, gente, peluquerías abiertas por la noche (eran más de las 9). Yo no me quería ir, estaba totalmente absorbida por el ambiente, hubiese estado vagando por esas calles hasta que no quedase nadie.
Miramos el plano, para bajar andando era una barbaridad, y perderíamos el tren, así que bajamos por esa calle hasta una parada de metro abierta (porque vimos un para cerradas ¿?) y a la estación.
A las 9:33 cogíamos el tren (esta vez si, Hikari y reservado, que iba lleno de salary men) y a las 9:48 de nuevo en Kyoto.
Intentamos parar a tomar un helado o algo, pero estaba todo cerrado ya (jur, que horarios), así que, a dormir.
Y esto fue todo el día de excursión. Otro post demasiado largo, pero es que, son muchas cosas.
Fotos en flic del día 23. (por cierto, el día de Aragón)
Cogimos el tren a las 7:49 am. por fin un día "madrugamos" jeje. Una hora y 9 minutos más tarde llegamos a Okayama.
En Okayama hay un castillo similar al de Himeji, pero con los muros negros, lo llaman el castillo del cuervo negro (el de Himeji es el de la Garza blanca, creo) y unos jardines, según todas las guias, impresionantes.
Llegamos a Okayama sobre las 9 de la mañana, llegar hasta el castillo es muy fácil, sales de al estación, y por la avenida principal, todo recto hasta el castillo, como 15 minutos andando. Típica avenida grande, con tranvía, tiendas de todo tipo, fuimos haciendo fotos.
El castillo es muy chulo, exteriormente creo que me gustó más que Himeji, a pesar de ser mucho, pero mucho más pequeño, supongo que será por el color de sus paredes, es diferente. Dimos una vuelta por sus muros, y por la entrada, en la que hay catas arqueológicas que indican las dependencias de alrededor, que han desaparecido (por eso es más pequeño también, no se han conservado las dependencias anexas, solo el castillo). No entramos, ya que había leído que está totalmente reconstruido (si, en efecto, un incendio lo arrasó) y que por dentro no merece la pena, así que tras unas fotos, pasamos a lo más interesante de esta ciudad, los jardines Koraku-en, justo enfrente, en una isla del río Asahi.
Este jardín, según todas las guías, es uno de los 3 más importantes de Japón, y está prácticamente igual que cuando lo construyeron, en el año 1700.
La primera impresión es "vaya, una pradera", pero cuando comienzas a andar, vas descubriendo lo que más me ha impresionado de Japón, como cuidan la escenografía tanto en edificios como en jardines, la relación interior - exterior. Como, a cada paso que das, cada montículo que subes o cada giro del camino, te muestra un jardín distinto.
Me quedé con las ganas de tomar un té verde de la plantación que hay en el mismo jardín.
La nota curiosa fue que había excursión de niños de guardería... geniales, por cierto, todos con bata y con gorrito de colores, para distinguir los grupos. Todos con sus madres haciendo juegos, cantando... muy divertido. Lo mejor de todo, como nos miraban, sin ningún tipo de complejos (claro, son niños) y nos señalaban y decían algo a sus madres que se reían y nos miraban como diciendo "perdón, lo siento, jiji, son niños". Podéis imaginar que a nosotros, nada mas lejos de molestarnos, estábamos encantados. Tan monos!!!!
A las 12:30 cogíamos el tren de nuevo hacia Himeji, 20 minutos de Hikari en asiento reservado.
Como en Okayama, es salir de la estación (en obras y con carriles para peatones, si, como en la carretera los coches, los que salen por un carril, los que entran por otro, separados por columnas y maceteros, jajaja) y coger la avenida principal hasta el castillo.
A la derecha de la avenida principal hay una calle de esas cubiertas a modo de centro comercial, dimos un paseo buscando donde comer (encontramos una farmacia, gracias Mary, por tu gran ayuda para comprar las pastillitas mágicas, si, aún sin ir Oo). Un buen sitio, pro cierto, esperamos un poco, pero comimos muy bien. Después de comer, camino del castillo. Salimos a la avenida principal, para ir viéndolo conforme te acercas, ya llegando, había una escultura con uno de los peces que coronan los tejados de los castillos (una carpa, creo) y explicaba que se colocaban en los extremos de las cubiertas para proteger los edificios del fuego (mal, creo que las carpas no tenían muy claro cual era su misión, visto lo visto).
En Himeji había muchísima gente de visita, nos pusimos a seguir a la gente, y error!!, iban en dirección contraria, de poco rodeamos el castillo. Menos mal que nos dimos cuenta a tiempo, además, faltaba poco para el cierre, así que corrimos un poco. Entramos.
Pedazo de castillo!!! Este también ardió (de ahí lo de las carpas) y está reconstruido, pero tal y como era el original, con la estructura de madera. Es impresionante, y si, como a mi, te interesa la arquitectura, es una visita que no puedes perder. Las últimas escaleras, las que suben a la estancia más alta del castillo, son casi pates, prácticamente subes vertical, y había gente que tenía problemas de vértigo para bajar. Cuando sales de la torre principal, puedes visitar otra zona, la Torre de la Vanidad, donde la princesa Sen y sus acompañantes pasaban las noches. Es un edificio muy bonito, con unas vistas curiosas hacia el jardín. Los suelos de madera impresionantes, las habitaciones, parecía un poco las celdas de un convento. Es como un largo pasillo quebrado, por lo que por cada ventana, el jardín se ve distinto. Muy bonito.
También hicimos muchas fotos ^^.
Vuelta al tren, camino de Osaka. Aquí vino lo bueno, llegamos a la estación, y dijimos, bueno, pasamos de reservar, vamos a los vagones libres. Llegamos al andén, para un Nozomi dirección Osaka y decidimos que, la diferencia Nozomi - Hikari en el JRpass era que en los Nozomis, no se podía reservar, pues bueno, si hay sitio, nos sentamos. Entramos, hay sitio y allí que nos ponemos. Comienza Jesús a leer las instrucciones en el JRPass y OH!!! vaya, no se pueden coger los Nozomis. Bueno, ya veremos, en marcha no podemos bajar ^^, yo me dormí. Luego me dijeron que sí había pasado el revisor, pero no nos pidió nada (menuda suerte, nos hubiese salido muy caro el viajecito ^^)
En Osaka pedimos un plano, queríamos ir a Dotonbori. Estaba bastante lejos, así que pillamos el metro (bastante más caro que Tokyo, por cierto). Era ya de noche, y la zona estaba impresionante. Me quedé alucinada... para siempre pillada por todas esas luces, por la animación de la calle. Jamás había visto una calle así. Luces, miles de luces, carteles con luces cambiantes, carteles que se mueven, cangrejos gigantes, dragones atravesando fachadas, y más luces. Y gente, mucha gente, pero no como en Tokyo, que parece que saben a donde van, no, gente paseando, gente dando una vuelta, como en España, sin rumbo fijo, se paraban, charraban, me encantó el ambiente de esa calle.
Allí, en Dotombori, descubrí la comida japones que más me ha gustado, el okonomiyaki. Simplemente genial. Y las risas que nos echamos, además.
De vuelta al tren, bajamos por otra calle-centro comercial. Igual, tiendas, gente, peluquerías abiertas por la noche (eran más de las 9). Yo no me quería ir, estaba totalmente absorbida por el ambiente, hubiese estado vagando por esas calles hasta que no quedase nadie.
Miramos el plano, para bajar andando era una barbaridad, y perderíamos el tren, así que bajamos por esa calle hasta una parada de metro abierta (porque vimos un para cerradas ¿?) y a la estación.
A las 9:33 cogíamos el tren (esta vez si, Hikari y reservado, que iba lleno de salary men) y a las 9:48 de nuevo en Kyoto.
Intentamos parar a tomar un helado o algo, pero estaba todo cerrado ya (jur, que horarios), así que, a dormir.
Y esto fue todo el día de excursión. Otro post demasiado largo, pero es que, son muchas cosas.
Fotos en flic del día 23. (por cierto, el día de Aragón)
martes, 16 de septiembre de 2008
Azaleas en el jardín
Bueno, esta entrada no es ni de viajes, ni de excursiones, pero si está relacionada con Japón.
Cuando estuvimos por allí, me quede muy sorprendida por unos arbustos llenos, llenísimos, de flores fucsias... me encantaron.
Así que cuando volvimos, mi experto en jardinería se puso manos a la obra.
Compramos un par de plantas de bambú (pondré fotos mañana) para el talud de enfrente (como es tipo caña, a ver si así sujeta y queda bonito)
Compró un arce japonés (arce palmatum, creo que era) verde (también hay rojo) y ahora, que es el tiempo, 9 matitas de azalea. Preciosas.
A ver si mañana pongo fotos de nuestro pequeño jardín ^^.
Eso es todo!!!
Azalea japónica (uno de los tipos que hay, para que veais las flores)
Izda: Azalea. Dcha: El bambú.
Cuando estuvimos por allí, me quede muy sorprendida por unos arbustos llenos, llenísimos, de flores fucsias... me encantaron.
Así que cuando volvimos, mi experto en jardinería se puso manos a la obra.
Compramos un par de plantas de bambú (pondré fotos mañana) para el talud de enfrente (como es tipo caña, a ver si así sujeta y queda bonito)
Compró un arce japonés (arce palmatum, creo que era) verde (también hay rojo) y ahora, que es el tiempo, 9 matitas de azalea. Preciosas.
A ver si mañana pongo fotos de nuestro pequeño jardín ^^.
Eso es todo!!!
Azalea japónica (uno de los tipos que hay, para que veais las flores)
Izda: Azalea. Dcha: El bambú.
lunes, 8 de septiembre de 2008
Japón. 22/Abril/2008
Primer día completo en Kyoto.
Nos levantamos y a desayunar. Desayuno estilo japonés en el ryokan Shimizu..... una y no mas.
Podeis imaginar, mi situación estomacal y encontrarme con una bandeja llena, te, arroz, verduras, pescado, cosas varias sin identificar. Yo, que por las mañanas soy incapaz de meter en mi cuerpo nada más que un tazón de café con leche y una madalena, me encuentro ante eso... mal, muy mal. Además mi cuerpo rechazaba la comida hasta no sacar lo que le sobraba (7º día sin evacuar ^^). Mal. Me tomo el te y las verduritas, que estaban frías (yo necesito algo calentito por las mañanas). Posiblemente, con el cuerpo en condiciones, hubiese probado a disfrutarlo, en esas circunstancias, pues no, la verdad.
Bueno, tras el fracaso del desayuno, y estando a 5 min. de la estación, con varias cafeterias estilo occidental (cafés varios, bollería y tal) decidimos que pasábamos del desayuno estilo japonés, así lo hicimos saber en recepción.
Cogimos el bus nº 205 en la estación para ir a ver, primero, Kinkaku-ji (el templo dorado) y atravesamos Kyoto hasta la otra punta, el tráfico es bastante horroroso, por lo que el viaje es lento, nada que ver con Tokyo lo del transporte. Yo tengo el día cruzado, lo advierto ^^, me siento mal.
Legamos a la parada de Kinkajuji-michi, es muy facil llegar, cruzamos la calle donde nos deja el bus, y subimos por una calle cuesta arriba, siguiendo a los estudiantes en su semana de viaje escolar (en el bus interrogan a Jesús en ingles, pero como no los entiende, lee las frases en la hoja de la encueta y les contesta ¿les valdrá como trabajo escolar eso? jijiji). Pagamos y a ver el templo.
Es precioso, la verdad, el templo está en un lago (no en medio, está bastante cerca de la orilla), y en la orilla de enfrente, hay una explanada con el mirador desde el que se hacen el 90% de las fotos del templo. Estábamos muchísima gente, pero pocos extrangeros, eso me llamó la atención, vimos pocos extrangeros en Kyoto. Grupos de estudiantes, grupos de la tercera edad japonesa, todos pidiendose hacer fotos unos a otros. Como hacía buen tiempo y nada de aire, se reflejaba en el agua, muy bonito. Sigues el camino y lo ves más de cerca, me vicié con fotos de los detalles, es alucinante que a alguien se el ocurra forrar un edificio en oro, y es alucinante verlo.
El jardín también es bonito, pero en Kyoto mismo, hay jardines mucho mejores (el del Ginkaku-ji (templo plateado), sin ir mas lejos. Desde los jardines de Kinkaku-ji se ve estupendamente una de las letras gigantes del Dainmonji, uno de los festivales más importantes de Kyoto, en el que, con fuego, dibujan unas letras gigantes en los montes que lo rodean.
De ahi, nos dirijimos hacia Ryoan-ji. Bueno, dimos un poco de vuelta, y casualmente, encontramos una farmacia... mi oportunidad, a por pastis para mis tripas. Anda, entiendete con una farmaceútica japonesa, sin hablar inglés ninguna de las dos, y cuentale, tal cual, que hace 7 días que no vas al baño..... en fins, os podeis imaginar. Suerte que cuando estás allí y hay necesidad, se pierde la vergüenza ^^. No me sirvió de nada, tras un rato de "charla", salí con un frasco de pastillas, bastante caro por cierto. La chica nos enseñaba el texto en japonés, señalaba una palabra y asentía con la cabeza, "bueno, vale, será esto", salimos a la calle, abro la caja y mientras la voy abriendo, la giro, para mi sorpresa y desgracia, veo que está en ingles y pone, clarísimamente "hemorroides" NOOOOOOO!!!!! ese no es mi problema!!!! eso si, casi me muero de la risa de pura desesperación, en cuanto encuentre a Mary, me voy con ella a una farmacia, a ver si con su inglés, consigo algo.
Continuamos con el turismo, ya resignada a reventar. Según el mapa, estamos cerca, solo hay que atravesar una zona de casitas... jur, hay más calles en calle que en el plano ^^. Nos perdemos, más o menos. Atravesamos la universidad (merece la pena la pérdida, hay un ambiente genial!!) y le preguntamos a una chica, que nos lleva hasta la misma puerta del templo.
Otro bonito lugar, lástima que estaban dragando el lago para limpiarlo (cosa totalmente necesaria, por otra parte), pero bueno, vimos el jardín de grava, que impresiona bastante, no había mucho barullo, bien. En la parte de atrás del templo, hay una fuente, que, sin dejar de caer agua, está siempre llena hasta el borde, pero nunca rebosa (o nunca rebosaba, la cambiaron de lugar, y ya no funciona muy bien). Estuvimos bastante rato allí, sentados viendo las piedras. Luego dimos un paseo por el jardín, y cogimos un bus hacia la estación de Kyoto para comer algo.
No tenía muchas ganas, me apetecían muchas cosas, pero no podía, y Jesús, cuando está cansado (y ya llevábamos una pateada buena, alrededor de las calles de la universidad) tampoco come mucho, así que nos dirijimos andando hacia Sanjunsanjendo, a ver si de camino encontrábamos algo de comer, cogimos unos bentos en una tiendita de comida preparada (casera) y nos fuimos a la sombra, a la orilla del río. Yo me cogí uno que parecía que tenía poco arroz (mentira, estaba camuflado debajo de la tortilla) y Jesús de shushi. Casi no comí.
A Sanjunsanjendo. Jo!! es impresionante!!!! me pasó como cuando ví la Alhambra, me sobrecogió. Todas esas estatuas, la penumbra... es un edificio larguísimo!!! en el pasillo de detrás de las estatuas, hay un mini museo. Allí, hace años, se hacía un concurso de tiro con arco (como lo que vimos en Kita-Kamakura), te pones en un extremo del pasillo, miras al fondo... y.... no te lo acabas de creer. Además, la madera está destrozada de las flechas.
El exterior del templo también es muy agradable, es bastante diferente, no es jardín boscoso, es más bien duro, con zonas verdes. Diferente.
A esas alturas del día y con lo que habíamos andado (en Kyoto las distancias engañan muchísimo) estábamos muertos. Jesús votaba por volver al hotel, yo tenía ganas de más. Así que, decidimos tirar andando hacía el norte, cruzando el río, a ver si llegábamos a tiempo de ver Kiyomizu-dera, que cierra más tarde que ninguno, con la idea de coger el primer bus que nos acercara.
Al final, llegamos andando hasta el templo ^^, subimos por la calle de detrás. Las calles que rodean este templo, a mitad de ladera en una colina, mantienen los edificios de estilo antiguo, son muy bonitas, llenas de comercios artesanales, merece la pena pasear por ellas. Llegamos al templo y aún teníamos hora y media para visitarlo. Impresionante. Las vistas de la ciudad son de increíbles, si la bruma lo permite. Estuvimos en el famoso balcón con su superestructura de madera, realizada al estilo japonés, sin usar clavos, y dimos un paseo hasta la fuente de los tres caños. Por el camino, ladera arriba, hay una especie de cementerio (creo, no lo explicaba en inglés en ningún lado) que me impresionó bastante (me gustan los cementerios), todo el monte estaba repleto de plaquitas de madera escritas. En la fuente, bebimos agua de los caños, y ya empezaron a cerrar. Salimos tranquilamente, haciendo fotos, paseando a los pies de la estructura que sujeta el balcón, sería maravilloso trabajar en japón en rehabilitación, lástima que no se japonés, si no, buscaba una beca para irme allí.
Para volver a la ciudad, bajamos por la calle de acceso al templo, la principal. Esta está llena de tiendas de recuerdos y de tiendas de artesanía. Hay muchas tiendas de abanicos (verdaderas maravillas), de cerámica y de objetos de fundición (teteras), estaba casi todo cerrando ya, pero aún compramos algún recuerdo.
Aquí fué donde tube un fallo del que aún me arrepiento, no me di cuenta, al mirar el plano, que si en vez de ir directamente hasta el final de la calle, a la zona principal, hubiésemos girado a la izquierda, hubiésemos entrado en la zona de Sannenzaka y Ninenzaka, que son patrimonio histórico, y por las fotos que he visto, son una de las zonas más bonitas de Kyoto, así que ya sabeis, cuando bajeís de Kiyomizu, atentos a estas calles, que llevan hasta Gión por la zona más antigüa y que mejor conserva la esencia de Kyoto.
Bajamos andando hasta el hotel, y de camino paramos a cenar carne, carne de verdad, entramos en una hamburguesería en Karasuma-dori, la habíamos visto la noche anterior. Nada de mcdonals ni marranadas de esas, no, hamburguesa de verdad, hecha en el momento para cada uno. Como en casa, vamos, la carne picada, especiada y a la plancha. JO!!! que pedazo de cena!!!! con lo que nos apetecía un cacho de carne de la buena!!!. Eso si, en vez de patatas fritas, el acompañamiento eran brotes de soja. Curioso. Te la sacaban en un plato de fundició hirviendo... un auténtico lujo de hamburguesa, si señor. Ahí comprobamos que los japoneses no saben comer sin arroz. Llegó un cliente, japonés, y pidió la hamburguesa. Con ella le sacaron un cuenco de arroz enorme, pues bien, partía la hamburguesa (no se como, pero lo hacía con los palillos) y cada trozo, lo depositaba sobre el arroz, y para adentro con cacho de arroz. Con lo buena que estaba sola consigomisma!!!!. Terminó en dos minutos y se fué. Nosotros estuvimos como media hora zampando, con calma, disfrutando del momento ^^.
Llegamos al hotel muertos muertos.
Quedamos con Mary y con Jose, al día siguiente, para desayunar de verdad (cafecito con leche y bollería) y marchar a Okayama.
Proximo día: Okayama-Himeji-Osaka-Kyoto.
Fotos del día 22
Nos levantamos y a desayunar. Desayuno estilo japonés en el ryokan Shimizu..... una y no mas.
Podeis imaginar, mi situación estomacal y encontrarme con una bandeja llena, te, arroz, verduras, pescado, cosas varias sin identificar. Yo, que por las mañanas soy incapaz de meter en mi cuerpo nada más que un tazón de café con leche y una madalena, me encuentro ante eso... mal, muy mal. Además mi cuerpo rechazaba la comida hasta no sacar lo que le sobraba (7º día sin evacuar ^^). Mal. Me tomo el te y las verduritas, que estaban frías (yo necesito algo calentito por las mañanas). Posiblemente, con el cuerpo en condiciones, hubiese probado a disfrutarlo, en esas circunstancias, pues no, la verdad.
Bueno, tras el fracaso del desayuno, y estando a 5 min. de la estación, con varias cafeterias estilo occidental (cafés varios, bollería y tal) decidimos que pasábamos del desayuno estilo japonés, así lo hicimos saber en recepción.
Cogimos el bus nº 205 en la estación para ir a ver, primero, Kinkaku-ji (el templo dorado) y atravesamos Kyoto hasta la otra punta, el tráfico es bastante horroroso, por lo que el viaje es lento, nada que ver con Tokyo lo del transporte. Yo tengo el día cruzado, lo advierto ^^, me siento mal.
Legamos a la parada de Kinkajuji-michi, es muy facil llegar, cruzamos la calle donde nos deja el bus, y subimos por una calle cuesta arriba, siguiendo a los estudiantes en su semana de viaje escolar (en el bus interrogan a Jesús en ingles, pero como no los entiende, lee las frases en la hoja de la encueta y les contesta ¿les valdrá como trabajo escolar eso? jijiji). Pagamos y a ver el templo.
Es precioso, la verdad, el templo está en un lago (no en medio, está bastante cerca de la orilla), y en la orilla de enfrente, hay una explanada con el mirador desde el que se hacen el 90% de las fotos del templo. Estábamos muchísima gente, pero pocos extrangeros, eso me llamó la atención, vimos pocos extrangeros en Kyoto. Grupos de estudiantes, grupos de la tercera edad japonesa, todos pidiendose hacer fotos unos a otros. Como hacía buen tiempo y nada de aire, se reflejaba en el agua, muy bonito. Sigues el camino y lo ves más de cerca, me vicié con fotos de los detalles, es alucinante que a alguien se el ocurra forrar un edificio en oro, y es alucinante verlo.
El jardín también es bonito, pero en Kyoto mismo, hay jardines mucho mejores (el del Ginkaku-ji (templo plateado), sin ir mas lejos. Desde los jardines de Kinkaku-ji se ve estupendamente una de las letras gigantes del Dainmonji, uno de los festivales más importantes de Kyoto, en el que, con fuego, dibujan unas letras gigantes en los montes que lo rodean.
De ahi, nos dirijimos hacia Ryoan-ji. Bueno, dimos un poco de vuelta, y casualmente, encontramos una farmacia... mi oportunidad, a por pastis para mis tripas. Anda, entiendete con una farmaceútica japonesa, sin hablar inglés ninguna de las dos, y cuentale, tal cual, que hace 7 días que no vas al baño..... en fins, os podeis imaginar. Suerte que cuando estás allí y hay necesidad, se pierde la vergüenza ^^. No me sirvió de nada, tras un rato de "charla", salí con un frasco de pastillas, bastante caro por cierto. La chica nos enseñaba el texto en japonés, señalaba una palabra y asentía con la cabeza, "bueno, vale, será esto", salimos a la calle, abro la caja y mientras la voy abriendo, la giro, para mi sorpresa y desgracia, veo que está en ingles y pone, clarísimamente "hemorroides" NOOOOOOO!!!!! ese no es mi problema!!!! eso si, casi me muero de la risa de pura desesperación, en cuanto encuentre a Mary, me voy con ella a una farmacia, a ver si con su inglés, consigo algo.
Continuamos con el turismo, ya resignada a reventar. Según el mapa, estamos cerca, solo hay que atravesar una zona de casitas... jur, hay más calles en calle que en el plano ^^. Nos perdemos, más o menos. Atravesamos la universidad (merece la pena la pérdida, hay un ambiente genial!!) y le preguntamos a una chica, que nos lleva hasta la misma puerta del templo.
Otro bonito lugar, lástima que estaban dragando el lago para limpiarlo (cosa totalmente necesaria, por otra parte), pero bueno, vimos el jardín de grava, que impresiona bastante, no había mucho barullo, bien. En la parte de atrás del templo, hay una fuente, que, sin dejar de caer agua, está siempre llena hasta el borde, pero nunca rebosa (o nunca rebosaba, la cambiaron de lugar, y ya no funciona muy bien). Estuvimos bastante rato allí, sentados viendo las piedras. Luego dimos un paseo por el jardín, y cogimos un bus hacia la estación de Kyoto para comer algo.
No tenía muchas ganas, me apetecían muchas cosas, pero no podía, y Jesús, cuando está cansado (y ya llevábamos una pateada buena, alrededor de las calles de la universidad) tampoco come mucho, así que nos dirijimos andando hacia Sanjunsanjendo, a ver si de camino encontrábamos algo de comer, cogimos unos bentos en una tiendita de comida preparada (casera) y nos fuimos a la sombra, a la orilla del río. Yo me cogí uno que parecía que tenía poco arroz (mentira, estaba camuflado debajo de la tortilla) y Jesús de shushi. Casi no comí.
A Sanjunsanjendo. Jo!! es impresionante!!!! me pasó como cuando ví la Alhambra, me sobrecogió. Todas esas estatuas, la penumbra... es un edificio larguísimo!!! en el pasillo de detrás de las estatuas, hay un mini museo. Allí, hace años, se hacía un concurso de tiro con arco (como lo que vimos en Kita-Kamakura), te pones en un extremo del pasillo, miras al fondo... y.... no te lo acabas de creer. Además, la madera está destrozada de las flechas.
El exterior del templo también es muy agradable, es bastante diferente, no es jardín boscoso, es más bien duro, con zonas verdes. Diferente.
A esas alturas del día y con lo que habíamos andado (en Kyoto las distancias engañan muchísimo) estábamos muertos. Jesús votaba por volver al hotel, yo tenía ganas de más. Así que, decidimos tirar andando hacía el norte, cruzando el río, a ver si llegábamos a tiempo de ver Kiyomizu-dera, que cierra más tarde que ninguno, con la idea de coger el primer bus que nos acercara.
Al final, llegamos andando hasta el templo ^^, subimos por la calle de detrás. Las calles que rodean este templo, a mitad de ladera en una colina, mantienen los edificios de estilo antiguo, son muy bonitas, llenas de comercios artesanales, merece la pena pasear por ellas. Llegamos al templo y aún teníamos hora y media para visitarlo. Impresionante. Las vistas de la ciudad son de increíbles, si la bruma lo permite. Estuvimos en el famoso balcón con su superestructura de madera, realizada al estilo japonés, sin usar clavos, y dimos un paseo hasta la fuente de los tres caños. Por el camino, ladera arriba, hay una especie de cementerio (creo, no lo explicaba en inglés en ningún lado) que me impresionó bastante (me gustan los cementerios), todo el monte estaba repleto de plaquitas de madera escritas. En la fuente, bebimos agua de los caños, y ya empezaron a cerrar. Salimos tranquilamente, haciendo fotos, paseando a los pies de la estructura que sujeta el balcón, sería maravilloso trabajar en japón en rehabilitación, lástima que no se japonés, si no, buscaba una beca para irme allí.
Para volver a la ciudad, bajamos por la calle de acceso al templo, la principal. Esta está llena de tiendas de recuerdos y de tiendas de artesanía. Hay muchas tiendas de abanicos (verdaderas maravillas), de cerámica y de objetos de fundición (teteras), estaba casi todo cerrando ya, pero aún compramos algún recuerdo.
Aquí fué donde tube un fallo del que aún me arrepiento, no me di cuenta, al mirar el plano, que si en vez de ir directamente hasta el final de la calle, a la zona principal, hubiésemos girado a la izquierda, hubiésemos entrado en la zona de Sannenzaka y Ninenzaka, que son patrimonio histórico, y por las fotos que he visto, son una de las zonas más bonitas de Kyoto, así que ya sabeis, cuando bajeís de Kiyomizu, atentos a estas calles, que llevan hasta Gión por la zona más antigüa y que mejor conserva la esencia de Kyoto.
Bajamos andando hasta el hotel, y de camino paramos a cenar carne, carne de verdad, entramos en una hamburguesería en Karasuma-dori, la habíamos visto la noche anterior. Nada de mcdonals ni marranadas de esas, no, hamburguesa de verdad, hecha en el momento para cada uno. Como en casa, vamos, la carne picada, especiada y a la plancha. JO!!! que pedazo de cena!!!! con lo que nos apetecía un cacho de carne de la buena!!!. Eso si, en vez de patatas fritas, el acompañamiento eran brotes de soja. Curioso. Te la sacaban en un plato de fundició hirviendo... un auténtico lujo de hamburguesa, si señor. Ahí comprobamos que los japoneses no saben comer sin arroz. Llegó un cliente, japonés, y pidió la hamburguesa. Con ella le sacaron un cuenco de arroz enorme, pues bien, partía la hamburguesa (no se como, pero lo hacía con los palillos) y cada trozo, lo depositaba sobre el arroz, y para adentro con cacho de arroz. Con lo buena que estaba sola consigomisma!!!!. Terminó en dos minutos y se fué. Nosotros estuvimos como media hora zampando, con calma, disfrutando del momento ^^.
Llegamos al hotel muertos muertos.
Quedamos con Mary y con Jose, al día siguiente, para desayunar de verdad (cafecito con leche y bollería) y marchar a Okayama.
Proximo día: Okayama-Himeji-Osaka-Kyoto.
Fotos del día 22
lunes, 25 de agosto de 2008
Japón. 21/Abril/2008. Lunes
A Kyoto.
Por la mañana, maleta a cuestas, y a coger el Nozomi a Kyoto. De nuevo la JR Naranja, Ochanomizu, esta vez a cargo del JRPass, era el primer día que lo usábamos, y la verdad, mereció la pena.
Fuimos a reservar billete, no hubo ningún problema, y al tren. No puedo contar mucho del viaje, fuí dormida todo el camino, bueno, salvo los dos minutos que me despertó Jesús para decirme "Mira, el monte Fuji", lo vi, un par de fotos, a dormir de nuevo (ese gen, lo tengo japonés, fijo). Unas señoras, muy amables, y partiéndose de risa, me dejaron acercarme a su asiento para hacer las fotos.
Ya en Kyoto, lo primero que ves es la inmensa estación. Un enorme espacio de cristal con tiendas, un macro centro comercial, un hotel... a lo grande. Comimos allí, en la planta 8, creo recordar, que era de restaurantes (todos de lo mismo). Menú, un pedazo de bol con tallarines caldosos, huevo... vamos, una de esas comidas que no soy capaz de terminar de semejante cantidad que ponen.
El hotel estaba muy cerca (5 min), la entrada era a las 6, pero si llegas antes, puedes dejar las maletas, así que no fuimos para allá, nos dieron un plano y a pasear por Kyoto.
Primera parada, Shosei-en, un jardin precioso precioso, estuvimos paseando un rato, bastante la verdad, se estaba muy bien. Estanques, puentes de varios tipos, casas de te en praderas, en colinas, grandes, pequeñas. Un sitio precioso para pasear y sentarse a no hacer nada.
De ahí pasamos al Higashi Hongan-ji, un templo gigantesco, todo de madera. La pena es que estaba en obras, lo bueno es que aprendí cosas curiosas de la construcción de los templos, ya que había paneles explicativos de los procesos de restauración, y fotos. En inglés, pero bueno, para enterarme por encima me da. Tenían contadas, clasificadas y pintaditas de colores, según su estado de conservación, todas las tejas del templo, miles, miles de tejas. Menudo trabajo. Por otra parte, no me importaría formar parte de un grupo de restauración de un templo de esos.
Estábamos reventaditos, hacía calor (después de lo que nos había llovido en Tokyo, por fin sol), así que como ya era hora, nos fuimos al ryokan. Ryokan Shimizu, para ser más exactos (http://www.kyoto-shimizu.net/). Ya nos habían puesto las maletas en las habitaciones, enormes, por cierto.
Al entrar al baño, oh!!, este hotel si lo tenía mecanizado!! jjajajaja!! me refiero, la famosa tapa llena de botones. Estaba demasiado cansada para investigar, primero la siesta. Jesús se encerró en el baño, y, mentras me dormía solo oía ruidillos, pensé "seguro que ya ha tocado todos los botones, ya le preguntaré" me pareció oir que llamaban a la puerta, pero no lo tengo claro.
Dos horas después, habíamos quedado a dar una vuelta con Mary y con Jose, y me confirmaron que si, que habían llamado a la puerta, eran del ryokan, para darnos la bienvenida con un te verde... ¡que rabia!!! con lo bueno que está!!!!
Cogimos el plano y nos pusimos a caminar. Nos dirigimos hacia Teramachi, unas calles cubiertas, a modo de centro comercial, pasamos por el mercado (cerrado ya a esas horas) y paseamos por allí.
Encontramos, en mitad de la zona de Teramachi, un templito que me gustó un montón.
Nos cruzamos toda la zona de Teramachi, y luego, hasta Pontocho. Los que hayais estado en Kyoto, podeis imaginar, el ryokan a 5 min. de la estación, y de paseo hasta Pontocho. Los pies me mataban.
Teníamos hambre, pero todos huíamos del arroz (sobre todo yo); así que nos metimos en un cutre burguer a cenar. Había necesidad de carne, la verdad.
Kyoto engaña. Las distancias son enormes!!!! Nos pegamos una andada de muerte. Yo, además, por mis problemas con el arroz (no hace falta que os cuente mucho mas, podeis imaginarlo), estaba de una mala leche que para qué (si, cuando llevas muchos días sin ir al baño, exactamente 6, te entra mala leche, seguro que vosotras me entedeis), así que bueno, solo pensaba en llegar al hotel y dormir, nos fuimos para allá.
Al día siguiente, cada uno por su cuenta, nosotros de visita por Kyoto, Mary y Jose se fueron a Fusimi Inari y a Nara.
Fotos en flickr.
Por la mañana, maleta a cuestas, y a coger el Nozomi a Kyoto. De nuevo la JR Naranja, Ochanomizu, esta vez a cargo del JRPass, era el primer día que lo usábamos, y la verdad, mereció la pena.
Fuimos a reservar billete, no hubo ningún problema, y al tren. No puedo contar mucho del viaje, fuí dormida todo el camino, bueno, salvo los dos minutos que me despertó Jesús para decirme "Mira, el monte Fuji", lo vi, un par de fotos, a dormir de nuevo (ese gen, lo tengo japonés, fijo). Unas señoras, muy amables, y partiéndose de risa, me dejaron acercarme a su asiento para hacer las fotos.
Ya en Kyoto, lo primero que ves es la inmensa estación. Un enorme espacio de cristal con tiendas, un macro centro comercial, un hotel... a lo grande. Comimos allí, en la planta 8, creo recordar, que era de restaurantes (todos de lo mismo). Menú, un pedazo de bol con tallarines caldosos, huevo... vamos, una de esas comidas que no soy capaz de terminar de semejante cantidad que ponen.
El hotel estaba muy cerca (5 min), la entrada era a las 6, pero si llegas antes, puedes dejar las maletas, así que no fuimos para allá, nos dieron un plano y a pasear por Kyoto.
Primera parada, Shosei-en, un jardin precioso precioso, estuvimos paseando un rato, bastante la verdad, se estaba muy bien. Estanques, puentes de varios tipos, casas de te en praderas, en colinas, grandes, pequeñas. Un sitio precioso para pasear y sentarse a no hacer nada.
De ahí pasamos al Higashi Hongan-ji, un templo gigantesco, todo de madera. La pena es que estaba en obras, lo bueno es que aprendí cosas curiosas de la construcción de los templos, ya que había paneles explicativos de los procesos de restauración, y fotos. En inglés, pero bueno, para enterarme por encima me da. Tenían contadas, clasificadas y pintaditas de colores, según su estado de conservación, todas las tejas del templo, miles, miles de tejas. Menudo trabajo. Por otra parte, no me importaría formar parte de un grupo de restauración de un templo de esos.
Estábamos reventaditos, hacía calor (después de lo que nos había llovido en Tokyo, por fin sol), así que como ya era hora, nos fuimos al ryokan. Ryokan Shimizu, para ser más exactos (http://www.kyoto-shimizu.net/). Ya nos habían puesto las maletas en las habitaciones, enormes, por cierto.
Al entrar al baño, oh!!, este hotel si lo tenía mecanizado!! jjajajaja!! me refiero, la famosa tapa llena de botones. Estaba demasiado cansada para investigar, primero la siesta. Jesús se encerró en el baño, y, mentras me dormía solo oía ruidillos, pensé "seguro que ya ha tocado todos los botones, ya le preguntaré" me pareció oir que llamaban a la puerta, pero no lo tengo claro.
Dos horas después, habíamos quedado a dar una vuelta con Mary y con Jose, y me confirmaron que si, que habían llamado a la puerta, eran del ryokan, para darnos la bienvenida con un te verde... ¡que rabia!!! con lo bueno que está!!!!
Cogimos el plano y nos pusimos a caminar. Nos dirigimos hacia Teramachi, unas calles cubiertas, a modo de centro comercial, pasamos por el mercado (cerrado ya a esas horas) y paseamos por allí.
Encontramos, en mitad de la zona de Teramachi, un templito que me gustó un montón.
Nos cruzamos toda la zona de Teramachi, y luego, hasta Pontocho. Los que hayais estado en Kyoto, podeis imaginar, el ryokan a 5 min. de la estación, y de paseo hasta Pontocho. Los pies me mataban.
Teníamos hambre, pero todos huíamos del arroz (sobre todo yo); así que nos metimos en un cutre burguer a cenar. Había necesidad de carne, la verdad.
Kyoto engaña. Las distancias son enormes!!!! Nos pegamos una andada de muerte. Yo, además, por mis problemas con el arroz (no hace falta que os cuente mucho mas, podeis imaginarlo), estaba de una mala leche que para qué (si, cuando llevas muchos días sin ir al baño, exactamente 6, te entra mala leche, seguro que vosotras me entedeis), así que bueno, solo pensaba en llegar al hotel y dormir, nos fuimos para allá.
Al día siguiente, cada uno por su cuenta, nosotros de visita por Kyoto, Mary y Jose se fueron a Fusimi Inari y a Nara.
Fotos en flickr.
lunes, 21 de julio de 2008
Japón. 20/Abril/2008. Domingo
Bueno, hacía días que no escribía, pero aquí estoy.
Toca el Domingo día 20. Ese día nos fuimos los dos solos... paseo por Tokyo.
El plan era Templo Zojo-ji, Torre de Tokyo, Harajuku, Templo Meiji....
No se que transbordos hicimos, pero bajamos en Mita, eso si lo sé. Una parada de metro increible, con accesos directos desde el metro al edificio de Nec. O sea, que dejamos el metro en plena zona de negocios. Salimos a la calle Hibiya dori, y, un poco perdidos, entre torres gigantescas, nos dirigimos hacia el Templo Zojo-ji. Encontramos un plano y vimos que la dirección era correcta ^^, cuestión de suerte, vamos.
Llegamos al parque Shiba, entramos en un pequeño templo (yo pensé que sería la entrada al templo Zojo-ji, pero no ^^), como abandonado. Bicicletas aparcadas en la puerta, no había nadie. Un sitio curioso, rodeado de torres de oficinas, un campo de beisbol con niños jugando y un parque gigantesco (el parque Shiba) de praderas verdes.
Avanzando más, sin dejar Hibiya Dori, pasas por delante de un hotel de lujo y llegas al Templo Zojo-ji. Con tan buena suerte que había celebración.
Vimos llegar lo que en España se llama Paso, o sea, una peana, soportada por mucha gente, que la acercaba bailando al templo. La peana estaba adornara de dorados, con campanitas, primero iva un carromato con tambores, tocando, y la gente se turnaba para llevar la peana al compás de la música. A mi me recordó a cuando bailan los gigantes en mi tierra, era un ritmo parecido el que llevaban.
Venían muchos niños ataviados con trajes típicos, con sus padres, para la ceremonia en cuestión, estaban monísimos y era muy gracioso... algunos tranquilos, pero otros, que si la coronita me molesta y me la quiero quitar, que si no quiero entrar al templo, otros se ivan hacía el público congregado (tantos locales como turistas, de hecho, pocos turistas) gracioso. Debían de tener como 5 o 6 años.
Los porteadores del paso ivan casi en cueros... jijiji, llevaban una camisola (como una tocinera), cada "cofradía" la llevaba distinta, y muchos hombres la llevaban tan cortita que se les veía el culo!!! chico, son cosas que chocan. Tras un rato mirando lo que ocurria, decidimos continuar, y nos acercamos a la zona que yo quería ver. La de las estatuas que representan a los niños muertos.
A ver, suena un poco macabro, pero no lo es en absoluto, es una zona en el templo, con miles de estatuillas de piedra, cada una representa a un niño muerto, todas llevan gorrito y babero rojo, y un molinillo de viento de colores. Algunos los personalizan, les ponen otros vestiditos. Había gente limpiando sus estatuas. No había sensación de angustia, ni pena, no parecía eso. Hacía aire, los molinillos giraban como locos, me gustó mucho esa imagen, no se porqué, me da la sensación de recordar a los niños jugando. Un lugar que merece la pena visitar.
Atravesamos el cementerio (el normal), precioso, me encanta el aspecto de los cementerios japoneses, y que estén en medio de la ciudad, en cualquier parte, que puedas atravesarlos para ir a otro lugar, creo que es una relación más natural con la muerte, menos triste que la que tenemos aquí. No se si entierran o incineran, me tengo que enterar, y los monumentos de los cementerios son solo para recordar y honrar al muerto, o si entierran allí.
Llegamos a la Torre de Tokyo, fila para subir, pero no excesiva. Mucho japonés (debe de ser que no pillamos hora de guiris ¿?¿?). Mientras hacíamos fila, la mascota de la Torre animaba al personal, se hacía foto con los niños y con los no tan niños, y.... me saludó mientras le hacía la foto!!! jajaja...
Por cierto, me parece horrible ^^...
No se exactamente por qué no estaba abierta la planta superior, así que nos quedamos a mitad de camino.
No me emocionó mucho, la verdad, habiendo estado en las torres del ayuntamiento, quedarse en el primer piso... pues... mal. Además, yo que soy forofa de la Torre Eiffel, como comprendereis, esto es una mala copia ^^. Pero bueno, yo podría haber pasado sin subir a la Torre de Tokyo perfectamente, hay gente que lo considera indispensable. Creo que hay mejores miradores en la ciudad, y sin pagar. Cola para bajar, tanta como para subir.
De allí, nos dirigimos a Harajuku, como era domingo, había que ir al parque yoyogi ^^. Pedazo de paseo en busca de una estación de metro para ir hasta allí, (que mal comunicada está la Torre de Tokyo, coñe). Bueno, salimos al famoso edificio Noa, el de ladrillo redondo, y por esa calle, llegamos, creo, a la linea Hibiya, la parada de Kamiyacho, haciendo transbordo llegamos a Harajuku (no me pregunteis como, pero dejamos el metro en la misma estación de Harajuku, cosa supuestamente imposible según el plano de metro, pero lo hicimos, y no, no cogimos la ciruclar), salimos por la boca del metro.
En medio del follón, pensamos que tendríamos que buscar, pero la gente del puente del parque yoyogi nos encontró a nosotros, nada más dejar el metro, rodeados de chicas vestidas con mono blanco, tipo militar, pelo rubio y una cinta cubriendoles la nariz. La verdad, daban miedito ^^. Me daba palo hacerles foto... a ver si me van a pegar.
Salimos a la calle, y menuda fiesta!!!! Al principio me daba reparo fotografiar a la gente, pero luego... buf!!! ni sé las fotos que hice!!!! Genial, me encantó ese sitio, y lo que más me gustó, que tengan el valor de hacer eso, de vestirse así, y juntarse todos a dibertirse. Aquí habría que ver lo que pasaba ^^.
Por cierto, a mi también me hicieron fotos, se me acercó una chica, y muy amablemente me pidió si quería posar... y claro, después de que yo llevaba media hora robando fotos, no podía decir que no, no me parecía justo. Llevaba una cámara antigua preciosa!!! y me decía "kawaiiii" jajajaj, increible, !yo! ¡Kawai!, vamos, que no, que te parecerá.
Muchas fotos después nos adentramos hacia el Santuario Meiji, les mandé un mensaje a Mary y Jose, y justo estaban en el puente, así que quedamos para ir juntos al santuario. Menudo parque, por cierto, parece un bosque!!!.
Llegamos al santuario, inmenso, pero tanto como para que "se junten mas de tres millones de fieles en año nuevo", buf!!!! menudo agobio!!!!. Vimos 3 o 4 bodas tradicionales. Qué maravilla de kimonos!!!! y los peinados!!! No todas las invitadas llevaban kimono (todos preciosos), también las había con traje de fiesta y con trajes chaqueta, casi todos de negro.
Pensando que estabamos en el parque yoyogui, tras ver varias bodas y el templo, nos pusimos a buscar a los rockers, que no encontramos. Muertos de habre, nos dirigimos a Taskeshita Dori. Comimos en una especie de vips. Comimos muy bien, pasta, hamburguesas, pollo... vamos, a la europea, que ya había mono.
Takeshita dori es un mundo diferente a todo lo que conocemos. Yo, que no soy compradora compulsiva, y que no me gusta demasiado ir de compras de ropa, me hubiese llevado media calle. Y eso que la mayor parte era ropa que, aquí en España, no me pondría ni loca!!!! pero es que contagia, de verdad. Tiendas de ropa super barata, pero increible. Tiendas de ropa gótica, gotic-lolita, tiendas con cientos de cancanes de todo tipo en colgadores... aquello es una fiesta, de verdad.
Algo que en España no he visto jamás, tiendas dedicadas a idols, o sea, tiendas de fans de gurpos, o de actores, llenas de fotos y de recuerdos de los chicos en cuestión... ¿imaginais una tienda dedicada unica y exclusivamente, por ejemplo, a Bisbal?? pues así. Con Mary entramos en varias tiendas, pero no compramos nada... de momento ^^.
Llegamos al final, y cruzamos a otra zona más tranquila, pero también llena de tiendas... allí descubrí una que me encantó... Putumayo. Tenía cosas extravagantes, si, pero si sabías buscar... jur, encontré una camiseta y una chaqueta... bueno, en principio las dejé, pero, las tengo en casa ^^.
De ahí, bajamos hasta Omote sando. Una calle alucinante. Todas las grandes marcas tienen allí, no tienda, no, edifico. Un edifio entero para Ralfh Laurent, para Chanel, etc etc... Con distintos tipos de arquitectura, pero predominando la arquitectura moderna. Es una calle no demasiado ancha, la verdad, con árboles y toda llena de tiendas de dejarse el sueldo en un pañuelo. Hay!!! quien fues mil millonaria... que envídia me dan. N fin, paseamos un rato por allí, pero, viendo que poco teníamos que hacer, decidimos volver hacía el hotel.
Al día siguiente salíamos hacia Kyoto y había que preparar la maleta y madrugar.
Día 20 en flickr.
Toca el Domingo día 20. Ese día nos fuimos los dos solos... paseo por Tokyo.
El plan era Templo Zojo-ji, Torre de Tokyo, Harajuku, Templo Meiji....
No se que transbordos hicimos, pero bajamos en Mita, eso si lo sé. Una parada de metro increible, con accesos directos desde el metro al edificio de Nec. O sea, que dejamos el metro en plena zona de negocios. Salimos a la calle Hibiya dori, y, un poco perdidos, entre torres gigantescas, nos dirigimos hacia el Templo Zojo-ji. Encontramos un plano y vimos que la dirección era correcta ^^, cuestión de suerte, vamos.
Llegamos al parque Shiba, entramos en un pequeño templo (yo pensé que sería la entrada al templo Zojo-ji, pero no ^^), como abandonado. Bicicletas aparcadas en la puerta, no había nadie. Un sitio curioso, rodeado de torres de oficinas, un campo de beisbol con niños jugando y un parque gigantesco (el parque Shiba) de praderas verdes.
Avanzando más, sin dejar Hibiya Dori, pasas por delante de un hotel de lujo y llegas al Templo Zojo-ji. Con tan buena suerte que había celebración.
Vimos llegar lo que en España se llama Paso, o sea, una peana, soportada por mucha gente, que la acercaba bailando al templo. La peana estaba adornara de dorados, con campanitas, primero iva un carromato con tambores, tocando, y la gente se turnaba para llevar la peana al compás de la música. A mi me recordó a cuando bailan los gigantes en mi tierra, era un ritmo parecido el que llevaban.
Venían muchos niños ataviados con trajes típicos, con sus padres, para la ceremonia en cuestión, estaban monísimos y era muy gracioso... algunos tranquilos, pero otros, que si la coronita me molesta y me la quiero quitar, que si no quiero entrar al templo, otros se ivan hacía el público congregado (tantos locales como turistas, de hecho, pocos turistas) gracioso. Debían de tener como 5 o 6 años.
Los porteadores del paso ivan casi en cueros... jijiji, llevaban una camisola (como una tocinera), cada "cofradía" la llevaba distinta, y muchos hombres la llevaban tan cortita que se les veía el culo!!! chico, son cosas que chocan. Tras un rato mirando lo que ocurria, decidimos continuar, y nos acercamos a la zona que yo quería ver. La de las estatuas que representan a los niños muertos.
A ver, suena un poco macabro, pero no lo es en absoluto, es una zona en el templo, con miles de estatuillas de piedra, cada una representa a un niño muerto, todas llevan gorrito y babero rojo, y un molinillo de viento de colores. Algunos los personalizan, les ponen otros vestiditos. Había gente limpiando sus estatuas. No había sensación de angustia, ni pena, no parecía eso. Hacía aire, los molinillos giraban como locos, me gustó mucho esa imagen, no se porqué, me da la sensación de recordar a los niños jugando. Un lugar que merece la pena visitar.
Atravesamos el cementerio (el normal), precioso, me encanta el aspecto de los cementerios japoneses, y que estén en medio de la ciudad, en cualquier parte, que puedas atravesarlos para ir a otro lugar, creo que es una relación más natural con la muerte, menos triste que la que tenemos aquí. No se si entierran o incineran, me tengo que enterar, y los monumentos de los cementerios son solo para recordar y honrar al muerto, o si entierran allí.
Llegamos a la Torre de Tokyo, fila para subir, pero no excesiva. Mucho japonés (debe de ser que no pillamos hora de guiris ¿?¿?). Mientras hacíamos fila, la mascota de la Torre animaba al personal, se hacía foto con los niños y con los no tan niños, y.... me saludó mientras le hacía la foto!!! jajaja...
Por cierto, me parece horrible ^^...
No se exactamente por qué no estaba abierta la planta superior, así que nos quedamos a mitad de camino.
No me emocionó mucho, la verdad, habiendo estado en las torres del ayuntamiento, quedarse en el primer piso... pues... mal. Además, yo que soy forofa de la Torre Eiffel, como comprendereis, esto es una mala copia ^^. Pero bueno, yo podría haber pasado sin subir a la Torre de Tokyo perfectamente, hay gente que lo considera indispensable. Creo que hay mejores miradores en la ciudad, y sin pagar. Cola para bajar, tanta como para subir.
De allí, nos dirigimos a Harajuku, como era domingo, había que ir al parque yoyogi ^^. Pedazo de paseo en busca de una estación de metro para ir hasta allí, (que mal comunicada está la Torre de Tokyo, coñe). Bueno, salimos al famoso edificio Noa, el de ladrillo redondo, y por esa calle, llegamos, creo, a la linea Hibiya, la parada de Kamiyacho, haciendo transbordo llegamos a Harajuku (no me pregunteis como, pero dejamos el metro en la misma estación de Harajuku, cosa supuestamente imposible según el plano de metro, pero lo hicimos, y no, no cogimos la ciruclar), salimos por la boca del metro.
En medio del follón, pensamos que tendríamos que buscar, pero la gente del puente del parque yoyogi nos encontró a nosotros, nada más dejar el metro, rodeados de chicas vestidas con mono blanco, tipo militar, pelo rubio y una cinta cubriendoles la nariz. La verdad, daban miedito ^^. Me daba palo hacerles foto... a ver si me van a pegar.
Salimos a la calle, y menuda fiesta!!!! Al principio me daba reparo fotografiar a la gente, pero luego... buf!!! ni sé las fotos que hice!!!! Genial, me encantó ese sitio, y lo que más me gustó, que tengan el valor de hacer eso, de vestirse así, y juntarse todos a dibertirse. Aquí habría que ver lo que pasaba ^^.
Por cierto, a mi también me hicieron fotos, se me acercó una chica, y muy amablemente me pidió si quería posar... y claro, después de que yo llevaba media hora robando fotos, no podía decir que no, no me parecía justo. Llevaba una cámara antigua preciosa!!! y me decía "kawaiiii" jajajaj, increible, !yo! ¡Kawai!, vamos, que no, que te parecerá.
Muchas fotos después nos adentramos hacia el Santuario Meiji, les mandé un mensaje a Mary y Jose, y justo estaban en el puente, así que quedamos para ir juntos al santuario. Menudo parque, por cierto, parece un bosque!!!.
Llegamos al santuario, inmenso, pero tanto como para que "se junten mas de tres millones de fieles en año nuevo", buf!!!! menudo agobio!!!!. Vimos 3 o 4 bodas tradicionales. Qué maravilla de kimonos!!!! y los peinados!!! No todas las invitadas llevaban kimono (todos preciosos), también las había con traje de fiesta y con trajes chaqueta, casi todos de negro.
Pensando que estabamos en el parque yoyogui, tras ver varias bodas y el templo, nos pusimos a buscar a los rockers, que no encontramos. Muertos de habre, nos dirigimos a Taskeshita Dori. Comimos en una especie de vips. Comimos muy bien, pasta, hamburguesas, pollo... vamos, a la europea, que ya había mono.
Takeshita dori es un mundo diferente a todo lo que conocemos. Yo, que no soy compradora compulsiva, y que no me gusta demasiado ir de compras de ropa, me hubiese llevado media calle. Y eso que la mayor parte era ropa que, aquí en España, no me pondría ni loca!!!! pero es que contagia, de verdad. Tiendas de ropa super barata, pero increible. Tiendas de ropa gótica, gotic-lolita, tiendas con cientos de cancanes de todo tipo en colgadores... aquello es una fiesta, de verdad.
Algo que en España no he visto jamás, tiendas dedicadas a idols, o sea, tiendas de fans de gurpos, o de actores, llenas de fotos y de recuerdos de los chicos en cuestión... ¿imaginais una tienda dedicada unica y exclusivamente, por ejemplo, a Bisbal?? pues así. Con Mary entramos en varias tiendas, pero no compramos nada... de momento ^^.
Llegamos al final, y cruzamos a otra zona más tranquila, pero también llena de tiendas... allí descubrí una que me encantó... Putumayo. Tenía cosas extravagantes, si, pero si sabías buscar... jur, encontré una camiseta y una chaqueta... bueno, en principio las dejé, pero, las tengo en casa ^^.
De ahí, bajamos hasta Omote sando. Una calle alucinante. Todas las grandes marcas tienen allí, no tienda, no, edifico. Un edifio entero para Ralfh Laurent, para Chanel, etc etc... Con distintos tipos de arquitectura, pero predominando la arquitectura moderna. Es una calle no demasiado ancha, la verdad, con árboles y toda llena de tiendas de dejarse el sueldo en un pañuelo. Hay!!! quien fues mil millonaria... que envídia me dan. N fin, paseamos un rato por allí, pero, viendo que poco teníamos que hacer, decidimos volver hacía el hotel.
Al día siguiente salíamos hacia Kyoto y había que preparar la maleta y madrugar.
Día 20 en flickr.
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