Cogimos el metro en Ochanomizu, como veis, muy usada esta estación. Supongo que cogimos la Marunouchi Line hasta Ogikubo, y allí la Chuo Line a Mitaka, la verdad, no me acuerdo.
Me dio tiempo a dormirme, pero eso no cuenta, puedo dormirme en dos paradas (¿Tendré algún gen japonés ^^?)
Bueno, llegamos a Mitaka, a la estación llegas en alto, como a una primera o una segunda planta, si no recuerdo mal. El "gatobus" (ojalá!) se coge, según sales de la estación, bajando las escaleras a la izquierda. Subimos 6 extranjeros y el resto, matrimonios japoneses con niños.
Es un paseo, no merece la pena coger el bus, es pequeño e incómodo (tamaño japonés), recuerdo que donde nos pusimos nosotros, Jose daba con la cabeza en el techo, y es alto, pero vamos, tampoco son dos metros.
Hicimos un poco de fila, pues cuando llegamos, a primera hora, aún no estaba abierto. Yo estaba emocionada, casi tanto como los niños japoneses que nos rodeaban.
Es una pena que no puedan hacerse fotos en el interior, desde la puerta hice esta, justo antes de que me dijesen "plis, fotos no" ^^.
Dentro fue alucinante, quedé impresionada, sobre todo, con los bocetos.
Hay gente que dice que no merece la pena, pues depende, a mi, ver esas acuarelas originales, las maquetas, el edificio... me fascinó. Pero gustos hay para todo. Por cierto, hay un gatobús de peluche enorme para que los niños jueguen, pueden entrar dentro y todo.... ¿porqué no piensan en los mayores? ¡YO TAMBIÉN QUERÍA MONTAR EN EL GATOBUS!
En el exterior hice muchas fotos, el robot de Laputa y su cubo, el pozo, el edificio... El edificio es muy interesante, art-decó, los detalles de la forja, las maderas talladas, las ventanas, el ascensor, hice bastantes fotos del exterior también.
Comimos algo allí mismo (un perrito caliente pequeño y caro, no merece la pena comer), y compramos cerveza "Kaze no Tani" y una gaseosa... la botella de gaseosa era muy original (frikada, otra más ^^). Las tenemos en casa.
Lo más peligroso, para mi, fue la tienda. Compramos peluches de los "espíritus del bosque" de La Princesa Mononoque (dos para mi y uno para mi hermana), un llavero de murciélago, un gatobús de peluche, un par de camisetas, la maqueta del avión de Porco Rosso, y a punto estuvimos de comprar la maqueta del robot de Laputa, pero nos contuvimos... de momento. No me reconocía ^^.
Cuando conseguimos salir de allí, volvimos a la estación dando un paseo.
Fui fotografiando todos los postes que indicaban el camino al museo... son muy chulos, con Totoro, mariquitas...
Me gustó el paseo, como el día de Yanaka, fuimos viendo casas, bloques de pisos, obras, locales en obra... me gusta pasear por las zonas residenciales y ver como se vive en los distintos países (tampoco he estado en tantos, pero me gusta).
De vuelta a Tokyo, como ya era el penúltimo día, volvimos a la zona de Askusa, pues quería comprar un yukata para mi hermana, al final me lo compré yo, y para mi hermana dejé el morado. Paseábamos por una de las galerías comerciales que hay alrededor del templo, cuando en una tienda de yukatas vi a una chica vistiendo un maniquí. El yukata me pareció precioso, así que, como pude, le pregunté por él, y la chica, desnudó el maniquí y me vistió a mi. Precioso. Lo compré, era inevitable. También Jesús se compró uno, muy chulo. Tenemos los dos el equipo completo.
Nos dimos un paseo por la zona, volvimos a pasar por la tienda imposible y le hice fotos, pero mis pies no podían más, el dolor era insoportable, así que cogimos el metro de vuelta al hotel.
Compramos una crêpe en los bajos del "Don Quichote" para cenar y a descansar.
Ya queda menos, ya me entraba la angustia de terminar un viaje, me pasa siempre, pero esa vez fue una pasada, no quería que terminarse. No me quería marchar.
Os dejo el enlace a flickr de este día.
Parece que voy acabando ^^.
martes, 27 de enero de 2009
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